Seguro que más de una vez has leído en internet que el sabor a vainilla procede del ano del castor. Es una teoría que lleva años circulando y que ahora ha vuelto a ponerse de moda gracias a TikTok. Y no es verdad. Bueno, realmente es algo que merece ser explicado con detenimiento.
Lo primero que debes saber es qué es el castóreo. Es una secreción que se genera en pequeños sacos contiguos a las glándulas anales de los castores. Esta sustancia, debido a la ubicación de las glándulas, en ocasiones se mezcla con otras secreciones de las glándulas anales y también de orina. Ellos lo utilizan para acicalarse, debido a su textura aceitosa... y ¿quizá también por su olor dulce?
Aunque pueda parecer sorprendente, se ha empleado desde, por lo menos, la Antigua Grecia, como remedio para distintas dolencias, como fijador en perfumería y, también, posteriormente, en la industria alimentaria en productos como bebidas alcohólicas, repostería o helados como potenciador de sabor. ¡Oh no, oh no, hemos comido indirectamente ano de castor!
De dónde procede la vainilla que consumimos actualmente
Tranqui, actualmente el castóreo se ha sustituido por vainilla sintética, teniendo en cuenta que hoy en día el castor es una especie protegida. Así lo explica en El País el doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Miguel Ángel Lurueña: "En la actualidad prácticamente no se utiliza, ni en cosmética ni en alimentación. Hoy lo más habitual es utilizar vainillina sintética, que se obtiene a partir de fuentes como la lignina -procedente de la madera- o el guaiacol".
Conclusión: sigue comiendo helados de vainilla, que en la actualidad ya no están hechos con un ingrediente que ha salido del ano de un castor.