En el reino animal hay numerosas particularidades, como la reproducción. Los mamíferos se caracterizan por la fecundación interna y el desarrollo de las crías dentro de la hembra. En algunas especies de peces, la hembra deposita los huevos y luego el macho los fecunda externamente.
Por otro lado, en serpientes y lagartos, también reptiles, la fecundación ocurre internamente mediante una cópula. Sin embargo, los machos de estas especies tienen una característica peculiar: dos penes, conocidos como hemipenes.
Cada hemipene está conectado a uno de los testículos, permitiendo la transferencia de esperma durante la cópula. Los expertos Richard Torkaz y Joseph Slowinski de la Universidad de Miami descubrieron la importancia de esta adaptación: la presencia de dos penes ayuda a aumentar la probabilidad de éxito en la reproducción, ya que los machos pueden alternar el uso de cada hemipene en caso de que uno falle o se lesione.
Alternar para siempre tener esperma
La competencia entre machos de estas especies al intentar copular les ha llevado a tener una gran rivalidad entre ejemplares. Por tanto, cada macho intenta depositar en la hembra la máxima cantidad de esperma durante la cópula. Además, también procura utilizar el hemipene conectado al testículo con más espermatozoides preparados.
Por esta razón, algunos reptiles macho alternan sus penes cuando en uno se quedan sin esperma. De esta manera, maximizan sus posibilidades de fertilizar a una hembra, como señalan en 'New Scientist'. Ambos científicos estadounidenses también descubrieron que los machos alternaban los hemipenes dependiendo del tiempo transcurrido entre cópula y cópula.
Si esta sucedía con menos de 24 horas de diferencia, las especies cambiaban de hemipene al reproducirse, ya que el otro testículo no tenía suficiente esperma. Por otro lado, si ya había transcurrido más de un día desde el último intento, podían repetir sin problema.
