Si tienes reservado un vuelo con Ryanair, deberías de consultar: la compañía tiene previsto cancelar una media de entre 40 y 50 vuelos diarios durante los próximos seis meses con el fin de "mejorar la puntualidad".
La medida puede llegar a afectar a un total de 285.000 pasajeros, a los que se les ofrecerá una ruta alternativa o directamente se les devolverá el dinero. Un gesto que no será del agrado de aquellos consumidores que, posiblemente, tuvieran unas vacaciones completamente cuadradas.
El fin de suspender vuelos ya pagados tiene, por tanto, el de aumentar la puntualidad anual en un 90%, una tarea que deberán de pagar los pasajeros que ya contrataron su viaje.
Algunos viajeros se han quejado en las redes sociales, ya que estas cancelaciones suponen que queden en un limbo y, en algunos casos, sin una salida alternativa.
Para comprender la incidencia de esta decisión, queda el ejemplo de Gary Cummings, que ha relatado en declaraciones a la BBC su periplo para conseguir disfrutar de su viaje, ya pagado, con algo de éxito.
Cummings asegura que tenía previsto viajar de Leeds a Bratislava el viernes por la mañana. La compañía, en su afán de afinar la puntualidad, decididó que el viaje no era posible y lo pasó al lunes. El problema: el lunes debía de estar de regreso a Reino Unido. "Nos quedamos en el limbo, realmente", se ha quejado en declaraciones a la radio BBC 5.
Sin embargo, los viajeros (a la espera del Brexit) están amparados por la legislación europea, que recuerda que si la compañía no es capaz de ofrecer el mismo vuelo contratado con las mismas condiciones, deberá de reservar plazas similares en otro vuelo de la competencia.
La compañía, mientras tanto, se limita a llamar a los usuarios para que compreben si sus vuelos están afectados y a comprobar los derechos por los que son amparados dentro del marco europeo.
En teoría, los pasajeros afectados deberían de haber recibido un correo electrónico en el que se les avise de que su vuelo está cancelado. Una decisión que puede afectar la imagen de la compañía, pero un riesgo asumible: con todo el dinero que gana Ryanair, perder a 400.000 clientes no le hará especial daño.