Rusia se enfrenta al vencimiento del pago de los 117 millones de dólares (unos 105 millones de euros) que debe de intereses de deuda. En otras circunstancias, esta cifra sería irrisoria para un país como Rusia pero el problema es que la guerra con Ucrania ha hecho que Moscú no pueda pagar en dólares después de las sanciones impuestas por Occidente al país que lidera Vladímir Putin.
Por lo tanto, Rusia se enfrenta al impago de esta deuda. Ahora, si no abona ese dinero, se abre un período de gracia de hasta 30 días que las agencias de calificación crediticia podrían declarar por terminado antes de lo previsto en caso de que Moscú declare abiertamente que no tiene dinero para pagar.
Y es que la situación en Rusia es histórica. En las últimas tres semanas el país ha visto cómo se ha producido la devaluación de su moneda, el cierre de su Bolsa, la marcha de las principales multinacionales y un aislamiento internacional en todos los frentes que amenaza
Así, agotado el tiempo, Rusia entrará entonces en suspensión de pagos de forma oficial. Una situación en la que estuvo ya en 1998 cuando no pudo pagar sus deudas en rublos. Para encontrar otra situación de impago en moneda extranjera hay que retroceder hasta 1918 cuando el régimen bolchevique renegó de la deuda acumulada por sus predecesores zaristas.
Una situación de impago podría ser aún más perjudicial para Rusia ya que podría terminar provocando la huida de los pocos inversores extranjeros que quedan aún en el país, lo que afectaría gravemente a la economía nacional.
En este sentido, el pasado domingo 13 de marzo, Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), sostuvo que un impago ruso "no es improbable". "Rusia tiene el dinero para cubrir su deuda, pero no puede acceder a él", afirmó en declaraciones a la cadena de televisión estadounidense CBS.
¿Y qué podría pasar ahora?
Por el momento, es difícil estimar las posibles consecuencias de un impago. Las entidades rusas deben más de 120.000 millones de euros a los bancos internacionales y los bancos europeos tienen más de 84.000 millones en concesiones totales, entre los que destacan Francia, Italia y Austria como los más expuestos. Asimismo, los bancos estadounidenses tiene un adeudo de unos 14.700 millones de euros.
Georgieva aseguró en su entrevista para la CBS que es improbable que se vaya a producir una crisis financiera "por ahora", afirmando también que la exposición de los bancos internacionales no era "sistemáticamente relevante".
Aun así, los analistas de Capital Economics sí señalan que la importante deuda rusa sí podría provocar repercusiones financieras más amplias. Otro posible problema es que un impago pueda desencadenar el incumplimiento de pagos por parte de las empresas rusas.
"Para Rusia, el principal costo es quedarse fuera de los mercados mundiales de capitales, o al menos el aumento de los costos de los préstamos durante un periodo prolongado. Pero las sanciones lo han causado de todos modos", sostienen los analistas de Capital Economics en sus comunicados.