El conflicto armado entre Rusia y Ucrania ha generado un problema social, económico y político en Europa y en todo el mundo. Los problemas de suministros de recursos neríticos han hecho que los precios suban en los últimos meses ante una huida y bloqueo de los combustibles rusos. Ahora, en un escueto comunicado emitido por la gasista Gazprom se ha anunciado que se paraliza la reactivación del suministro de gas a Europa, que estaba previsto para el sábado 3 de septiembre.
La compañía rusa ha indicado en sus canales de comunicación que han sufrido una incidencia, que ha provocado "una fuga de aceite en las conexiones de los cables de los sensores de velocidad del rotor de baja y media presión". Este suceso se ha producido en la Central de Portovaya, que se encarga de suministrar el gas a Europa mediante el Nord Stream 1.
Ante esta situación, desde la empresa han mostrado su preocupación y han advertido que han tenido que tomar medidas extraordinarias para asegurar el correcto funcionamiento del gaseoducto. De este modo, no les ha quedado otra alternativa que detener el flujo de gas, admitiendo que en caso de que siguiese funcionando como normalidad se producirían problemas en el motor de la turbina de gas.
Las tensiones entre la Unión Europea y Rusia no han parado en ningún momento desde el inicio de la guerra, donde el viejo continente se ha propuesto imponer fuertes restricciones a la gran potencia. Esto se ha visto reflejado en el suministro de gas por dicho canal, donde se han suministrado más de 856 millones de metros cúbicos entre el 22 y el 28 de agosto, que sería un tercio del volumen bombeado en la misma semana un año antes. Esta medida de Rusia se produce en la semana donde el G7 se ha propuesto limitar el precio del petróleo ruso.
En las imágenes facilitadas por la compañía se observa como existe la presencia de aceite al lado de unos cables, situación que aprovechaba Gazprom como justificación para parar el suministro. Esta medida no ha sido aprobada por Siemens Energy, proveedor de las turbinas de Nord Stream, que ha recordado que no existe ningún motivo para detener la actividad del gaseoducto, por lo que éste podría seguir funcionando con normalidad.
Nuevas medidas del G7
La guerra de trincheras económica que se está produciendo entre Rusia y el resto del mundo, y en especial la Unión Europea, se recrudece. Las siete potencias que forman el G7 han acordado aplicar una limitación al precio del petróleo y derivados rusos con la intención de que exista una menor presión en el mercado de la energía. Con esta medida desde Europa buscan no depender de los productos rusos y a la vez controlar la inflación que se está produciendo.
Con esta medida, se prohibirá el transporte marítimo de estos productos rusos. Eso sí, la única opción para que se suministre es que se compren a un precio igual o inferior al marcado por Europa. En el comunicado emitido, han llamado a la unión del resto de países para provocar una caída del precio ruso a nivel mundial: "Buscamos establecer una amplia coalición para maximizar su efectividad e instamos a todos los países que todavía busquen importar petróleo ruso a que se comprometan a hacerlo a precios iguales o inferiores al del límite".