Después de tantos años, 'RuPaul's Drag Race' sigue en plena forma. A punto de finalizar su duodécima temporada, todo el mundo está de acuerdo a que se trata de una de las mejores de la historia del concurso. Antes de celebrarse su final, en la que se coronará a la "America's next drag superstar" cogiendo el testigo de Yvie Oddly, cabe hacer balance.
Agridulce. Ese es el sabor que nos deja la temporada doce de 'RuPaul's Drag Race'. Y no por el mal desempeño de las queens, pues el cásting ha sido estupendo, sino por la situación en la que vivimos. El talent show con más purpurina de la televisión nos ha servido como vía de escape ante la crisis sanitaria del coronavirus. Cada viernes hemos conseguido evadirnos gracias a mama Ru y sus challenges hasta gritar el icónico "Amen" con el que acaba cada programa.
Aunque el programa se grabó antes del estallido de la pandemia, ha tenido consecuencias. Así, las queens no han podido cumplir con su agenda de actos que tenían previsto en estos últimos meses antes de la gran final. No habrá fiesta de graduación, ni alfombra roja ni se podrá llenar un teatro para coronar a la ganadora. Esta se decidirá mediante un lipsync virtual, por lo que se perderá la magia de un espectáculo que es enteramente visual y emocional.
Los dramas nunca vienen solos y esta temporada de 'RuPaul's Drag Race' ya se estrenó con polémica. Sherry Pie, una de las concursantes, fue desalificada al salir a la luz que habría utilizado una identidad falsa para obtener fotografías y vídeos íntimos de chicos jóvenes. Por esta razón, desde el primer capítulo han sido suprimidas las intervenciones de la drag al mínimo y se ha avisado de que no participaría en la final donde, como de costumbre, se suelen reunir todas. ¿El problema? Que Sherry Pie se convirtió en una de las cuatro finalistas.
Pese a estos incovenientes, hay que poner el valor de todas las queens, que se han entregado al cien por cien regalándonos icónicos momentos. Doce temporadas después han conseguido hacernos reír, empatizar con sus historias, odiarlas de vez en cuando y, sobre todo emocionarnos.
La atípica final tendrá tres protagonistas, algo que no ocurría desde la octava temporada. Cystal Methyd, Gigi Goode y Jaida Essence Hall lucharán por hacerse con la corona. ¿Quién lo merece más?
Crystal Methyd
La drag que más evolución ha experimentado a lo largo de la duodécima temporada ha sido, sin duda, Crystal Methyd. Arrancó con poca confianza en sí misma, destacando por su estilo tan personal y freak pero bastante caótico, lo que la llevó a pasar desapercibida o incluso situarse en el bottom durante las primeras semanas.
Supo encontrarse a sí misma y empezar a destacar sobre el resto de sus compañeras descubriéndose como un diamante en bruto que no tardó en pulir. Su simpatía enamoró a todos a ritmo de 'Rhythm of the night' de El DeBarge y comenzó a situarse en lo alto de la tabla clasificatoria. En el challenge Superfan Makeover rozó la victoria (y verdaderamente se la merecía) pero finalmente la consiguió en el siguiente, One-Queen Show.
No cabe duda de que Crystal Methyd tiene ese charisma, uniqueness, nerve and talent que busca RuPaul. Tiene muchísimas posibilidades de hacerse con la corona y con toda seguridad es la queen que más simpatía despierta entre la audiencia. En su contra podría jugar que la anterior ganadora, Yvie Oddly, también hizo de lo freak la seña de identidad de su drag, por lo que mama Ru podría no querer coronar a una reina de perfil similar a su antecesora.
Gigi Goode
Si Crystal Methyd comenzó su andadura en el botttom de la competición, Gigi Goode lo hizo en el top. Cuando arracó la duodécima temporada de 'RuPaul's Drag Race' nadie duró de que esta drag lograría entrar en la final. Y es que aunque a primera vista parecía que solo se trataba de una fashion queen, pronto se reveló como una gran cómica (inolvidable su Snatch Game) e intérprete.
A mitad de la competición, no obstante, las inseguridades llevaron a la drag a obtener malos resultados situándola en el bottom durante dos semanas consecutivas. Supo reaccionar a tiempo y coger un gran impulso convirtiéndose en la primera finalista al ganar el último maxi challenge de la temporada, siendo así la queen con más victorias de la temporada.
Gigi Goode ha llegado a la final por méritos propios y es una de las drag queens más completas de la historia del concurso. Su estilo está cuidadísimo y sabe defenderse como nadie sobre el escenario. Su perfil puede recordar al de Violet Cachki y Aquaria, ganadras de la séptima y décima temporada respectivamente. ¿Será suficiente para hacerse con la corona?
Jaida Essence Hall
Jaida Essence Hall ha sido la concursante más constante de la duodécima temporada de 'RuPaul's Drag Race'. Desde el comienzo avisó que no solo era una beauty queen dejando claro que iba a por todas. Y así ha sido. Con tres victorias a sus espaldas, solo Gigi Goode la supera en el palmarés de la temporada, lo que no le impedirá tomarse la revancha para convertise en la ganadora.
Su confianza ha sido arrolladora y ha logrado dejar a todas boaquiabiertos sobre la pasarela semana tras semana. También nos ha hecho reír (a pesar de su traspiés en el One-Queen Show) en su campaña del Coiches 2020 y su "Look over there!", que sin duda pasará a la historia del programa como una de sus frases más legendarias.
La victoria esta al alcance de su mano y a nadie sorprendería que Mama Ru dijese su nombre tras el lipsync final. Sin duda, Jaida Essence Hall sería una justa merecedora de la corona a pesar de que sus compañeras no se lo pondrán nada fácil.