Desde que echara a andar la XII legislatura de la democracia española tras las elecciones del 26-J de 2016, las sesiones de control al Gobierno de Mariano Rajoy se han convertido en todo un espectáculo. La oposición reprocha cada semana duramente las decisiones del Ejecutivo exhibiendo carteles, camisetas con estampados o diferentes objetos que acompañan sus discursos.
Todas las portadas son acaparadas casi siempre por el grupo Unidos Podemos, pero una persona suele llamar especialmente la atención de los medios y, sobre todo, de la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor (PP). Se trata de Gabriel Rufián, el portavoz adjunto de ERC. En diversas ocasiones, Pastor le ha llamado la atención por sus controvertidas puestas en escena para atacar duramente al PP.
Sin embargo, sus actos han tenido consecuencias y la presidenta de la Cámara se reunió con Rufián en su despacho el pasado martes 21 para reprenderlo por su intervención de la última sesión de control. En dicha ocasión, mostró unas esposas como las que usa normalmente la Policía Nacional para protestar por la represión en Cataluña y el encarcelamiento de los exmiembros del Govern cesado. Además, deseó ver a Rajoy algún día con estos grilletes puestos.
Pues bien: esta intervención -y otras que ha realizado que han generado mucha polémica- le ha costado a Rufián un rapapolvo de Pastor. La presidenta quiere evitar que se vuelva a repetir otro "espectáculo" como el sucedido la semana anterior. Y, para ello, ha citado al parlamentario un día antes de que formule una pregunta al presidente del Gobierno. De continuar con sus "shows" -como los califican miembros del PP-, podría ser expulsado del pleno del Congreso, según el propio Reglamento.
Polémicas intervenciones
La exposición de unas esposas por parte del portavoz adjunto de ERC no ha sido, ni de lejos, la primera intervención que ha causado polémica. Durante las semanas previas a la celebración del referéndum ilegal del 1-O, Rufián llevó al Congreso una impresora para reforzar sus argumentos y reprochar al Gobierno que estuviera intentando reprimir la consulta.
En otra ocasión, proliferó varios insultos al ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, al que llamó "irresponsable" y "miserable", algo que le costó una dura reprimera de Pastor. Fue la misma presidenta quien le dio la oportunidad al diputado de ERC de retirar sus palabras del diario de sesiones, algo a lo que se negó el parlamentario.
Pastor quiere evitar que el diputado continue con sus intervenciones polémicas y que acate la integridad y la disciplina del Congreso de los Diputados. El Reglamento de la Cámara obliga a todos sus integrantes a respetar "el orden, la cortesía y la disciplina parlamentaria" en su artículo 16.
Asimismo, el código por el que se rigen todos los diputados otorga la posibilidad a la presidenta del Congreso de llamar al orden a un representante de la ciudadanía e incluso expulsarse del pleno si su actitud o comportamiento fuera de una gravedad mayor.
Ahora la pelota se encuentra en el tejado de Rufián. ¿Acatará la reprimenda de Pastor o continuará con sus célebres intervenciones ante los miembros del Parlamento? Por lo pronto, Rajoy tendrá que responder a su siguiente pregunta: "¿Respetará el Gobierno español los resultados de las elecciones del 21 de diciembre en Cataluña si gana el independentismo?"