Las calles de Sevilla se han convertido en el escenario de una película porno cuyo rodaje, para polémica (o agrado) de los vecinos, se ha producido en plena vía pública, de día y con las calles y plazas atestadas de gente.
Los productores de la cinta han elegido los lugares más emblemáticos de la capital hispalense: el Palacio de San Telmo (sede de la Junta de Andalucía), la Puerta de Jerez o los conocidos coches de caballos que recorren la ciudad.
Por toda la capital andaluza, las actrices, en compañía de un operador de cámara y un director, se han dedicado a rodar todo tipo de escenas ante la incredulidad de los viandantes, que no creían lo que estaba sucediendo ante sus ojos.
Las escenas, que apuntan a una cinta de corte lésbico, han sido denunciadas ante la Policía Municipal, que ya se encuentra investigando el caso para determinar si los productores podrían haber incurrido en algún tipo de delito.
Por el momento, según informa Diario de Sevilla, tan solo se ha identificado al conductor del coche de caballos en el que se grabó la escena mientras se recorría toda la ciudad al completo; pero los agentes están intentando localizar a las actrices, el cámara y director de las secuencias.
La primera hipótesis de los investigadores apunta a que la cinta forma parte de una serie de producciones que se han dedicado a rodar escenas de sexo al aire libre frente a algunos de los edificios y lugares más emblemáticos de las principales ciudades europeas.
Madrid y Barcelona han sido objeto de prácticas similares
Lo sucedido en la capital andaluza no es una mera anécdota. La hipótesis de los agentes de la Policía Municipal va bien encaminada si se tienen en cuenta las grabaciones de estas características que se han realizado en otras ciudades españolas como Madrid o Barcelona.
El caso de Madrid se produjo el pasado mes de octubre de 2016 e incluyó también otros lugares emblemáticos como la estación de Atocha o la plaza del Callao, fácilmente reconocibles para los turistas y el gran público.
El Ayuntamiento no recibió ninguna solicitud de permiso, pero la Policía Municipal ya apuntó a que los hechos podían constituir un delito de exhibicionismo que, finalmente, no fue sancionado.
En Barcelona, por contra, sí que están acostumbrados a este tipo de situaciones. El ejemplo más claro de ello es la productora Kink, que se dedica a grabar vídeos con todo tipo de prácticas en plena vía pública. Kink asegura que siempre cuenta con todos los permisos reglamentarios, convirtiendo a la ciudad condal en el plató de las escenas más inverosímiles.
