El deshielo de los polos es la consecuencia más evidente del cambio climático y el mayor riesgo que enfrenta el planeta: son los reguladores de la climatología, por lo que su desaparición podría provocar desequilibrios en las temperaturas sin precedentes. Sin embargo, este desastre natural está favoreciendo que conozcamos nuevas zonas de nuestro planeta a las que, de otra forma, no hubiéramos llegado jamás.
Eso es lo que ha sucedido después de que un iceberg se haya separado de la placa hielo antártica Larsen C, el pasado mes de julio y que ha revelado un vasto ecosistema submarino que había permanecido oculto para la superficie durante más de cien mil años.
The slow drifting of #LarsenC 's #A68 iceberg from @NASAEarth 's #MODIS and #VIIRS. Check the polynya (open sea) when the drift starts. pic.twitter.com/DBtNH9o3Ys
— Stef Lhermitte (@StefLhermitte) 15 de septiembre de 2017
Los investigadores, que se han mostrado completamente sorprendidos con el hallazgo, están comenzando a explorar la zona. Se trata de un área marina de más de 5.800 kilómetros cuadrados que había permanecido enterrada bajo el hielo durante los últimos 120.000 años.
La zona había estado completamente aislada del resto del océano, y la única comunicación que mantenía se producía a través de las corrientes marinas que filtraban el agua y permitía renovarla.
Mientras el iceberg A68 continúa separándose y vagando por el océano, la zona queda al completo descubierto y está ayudando a los investigadores a adentrarse y comprobar qué tipo de especies anidan en su interior. Teniendo en cuenta que ha estado completamente aislada, seguramente haya ejemplares que no se habían visto anteriormente.
#LarsenC 's iceberg #A68 continues to drift in the today's 16/9 vs. 13/9 @ESA_EO#sentinel1 composites pic.twitter.com/e8ncIv59v9
— Stef Lhermitte (@StefLhermitte) 16 de septiembre de 2017
Sin embargo, el ecosistema podría destruirse por un motivo evidente: los rayos del Sol. La placa de hielo que se había situado sobre el ecosistema había impedido la entrada de luz al interior, algo que ahora cambia. Este fenómeno podría alterar el entorno, aunque los investigadores aún no tienen constancia de cómo afectará.
Por todo ello, las autoridades ya han ordenado convertir la zona en un área de protección específica que prohibirá tajantemente la pesca o el turismo por un período inicial de dos años, que podría extenderse de manera indefinida. La intención es la de alterar lo mínimo posible el entorno para analizar el medio marino de la manera más efectiva posible.