Rosario Porto, condenada a 18 años de prisión junto a su marido, Alfonso Basterra, por el asesinato de su hija Asunta, adoptada por la pareja cuando tenía solo un año de edad, ha intentado suicidarse en la prisión pontevedresa de A Lama en la que cumple su condena, según recoge La Voz de Galicia.
Según has trascendido, el incidete se produjo en las duchas de la cárcel. Porto se habría servido del cordón de su sudadera para intentar ahorcarse. La rapidez con la que intervinieron los funcionarios y la reclusa de confianza que tiene asignada para evitar este tipo de episodios evitó el desenlace fatal una vez que la condenada se arrepintiese de su objetivo de quitarse la vida y gritara pidiendo auxilio.
Tras trasladar a Rosario Porto a la enfermería, la dirección del centro penitenciario activó el protocolo antisuicidios. Así, se cambió a la interna que la madre de Asunta tiene como apoyo y se reforzó la vigilancia, por lo que los funcionarios del penal tendrán que supervisar a Porto cada dos horas.
Segundo intento de suicidio
No es la primera vez que Rosario Porto ha intentado quitarse la vida. Ya lo intentó en febrero de 2017 cuando tuvo que ser trasladada de urgencia en ambulancia al Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) después de aparecer desmayada en su celda de la cárcel de Teixeiro. Con la supuesta intención de impedir su traslado a la cárcel pontevedresa, Porto ingirió una importante cantidad de fármacos.
El caso Asunta
Asunta tenía 12 años cuando sus progenitores la asesinaron. Fue el 21 de septiembre de 2013; al día siguiente su cuerpo fue hallado sin vida en una pista forestal de Teo, municipio de A Coruña (Galicia). El día 24 de septiembre Rosario Porto fue detenida e investigada por un presunto delito de homicidio y el día 25 de ese mismo mes también fue detenido Alfonso Basterra. Dos años después fueron condenados a 18 años por asesinato con agravante de parentesco y por alevosía.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que los padres de la menor, a la que adoptaron procedente de China con un año de edad, habían sedado durante meses a su hija y que la asfixiaron por sofocación.
