El sexo es puro placer pero en ocasiones puede acaba convertido en una tragedia. Una mala postura puede causarnos alguna pequeña lesión, pero cuando nos creemos actores porno y tratamos de convertir el coito en prácticamente un ejercicio de trapecistas, pasa lo que pasa y el resultado puede ser atroz.Y sino que se lo pregunten al protagonista de esta noticia.
Un hombre de 40 años natural de Reino Unido le puso demasiada pasión y acabó con el pene roto. Esto es algo poco común, que puede afectar a uno de cada mil hombres. Evidentemente, en el pene no hay huesos, lo que se rasgan son los cuerpos cavernosos que se llenan de sangre durante la erección. Si en este momento se dobla de manera brusca, el tejido de las estructuras puede rasgarse, se escuchará una especie de 'crack' y empezará a salir sangre (no hacia fuera, sino dentro del pene), por lo que aparecerá un hematoma alrededor y mucho dolor.
Pero este caso tiene algo e particular. Y es que este pobre hombro se ha roto el pene en vertical. Sí, sí, a lo largo. Se trata de el primer caso documentado en en la historia de la medicina, según lo ha catalogado el British Medical Journal.
En los informes médicos que analizan el caso, se apunta que el hombre sufrió la fractura tras un accidental empujón contra el perineo de su pareja, lo que hizo que el pene se doblase bruscamente, según recoge NewYorkPost.
Las posturas más peligrosas
Las fracturas se dan en distintos tipos de relaciones sexuales. El más común con diferencia se da entre heterosexuales, un 66,7% de los atendidos. Si la relación es homosexual, la incidencia baja al 9,5%. En cuanto a la edad media de los afectados, se situó en los 34 años.
Los especialistas afirman que el caso típico en relaciones heterosexuales se da cuando el pene se sale de la cavidad vaginal y al tratar de penetrar nuevamente choca contra la cadera de la mujer provocando que el pene se doble forzadamente.
Para las relaciones heterosexuales, la posición de vaquera (mujer encima del varón) puede suponer la ruptura del pene en la mitad de los casos analizados. En segundo lugar se encuentra la postura del perrito, con un 28,6% y, en último lugar, la del varón encima de la mujer, con un 21,5% de los casos.
Por otro lado, en relaciones homosexuales, la incidencia de las prácticas es prácticamente similar: la mitad de los pacientes atendidos estaban en la parte superior y la otra mitad en la parte del perrito.