El presidente del Parlament de Cataluña, Roger Torrent, ha fijado la fecha de las elecciones el domigno 14 de febrero, si no hay debate de investidura, tal y como ha anunciado en una entrevista emitida en RAC-1.
Después de que el Tribunal Supremo haya ratificado la inhabilitación de Quim Torra como president, Cataluña enfrenta más de cuatro meses en interinidad donde el republicano Pere Aragonès ejercerá como presidente 'de facto', aunque sin recibir el trato protocolario.
Estas elecciones representan los quintos comicios celebrados en Catalu´ña desde el año 2010, el año de la sentencia del Estatut de Cataluña que se fija como el germen del procés que se ha desarrollado durante la última década.
Desde entonces, la Generalitat ha afrontado adelantos electorales en las sucesivas legislaturas. A ello se suman otros procesos como la colocación de dos urnas el año pasado, 2019, para la celebración de dos generales y las europeas y municipales.
El independentismo, más dividido que nunca
El proceso electoral se afronta, ahora, con un independentismo más dividido que nunca. El Junts per Catalunya que aupó a Carles Puigdemont a la presidencia de la Generalitat ha terminado en hasta siete siglas diferentes con varios puntos de discusión: la colaboración con el Estado y la gobernabilidad de España par ahondar en las competencias(recuperar el papel de la antigua Convergencia) o el rupturismo del expresident; así como políticas en materia económica o social.
La consellera de Presidencia, Meritxell Budó, que entra en muchas quinielas como la candidata del partido de Puigdemont, ha asegurado en la SER que no tenía constancia de la fecha electoral adelantada por Roger Torrent, de ERC.
"No es normal que haya esta falta de comunicación entre el Parlament y el Govern", ha criticado, a lo que ha añadido: "Pero estoy segura de que tendremos las explicaciones oportunas de por qué ha pasado esto".
La nueva grieta se fija, ahora, en el futuro de la política catalana. Junts propone retomar la vía unilateral en el caso de que el independentismo supere el 50%, algo que considera que refrenda el 1-O. ERC, mientras tanto, no está de acuerdo y se limita a que el independentismo supere la mitad más uno de los votos para continuar con una vía más pausada. Hasta la fecha, el independentismo no ha superado el 47% de los votos.
