El captcha, la última línea que le queda por flanquear a la inteligencia artificial para convertir nuestro mundo dominado por Trump en uno dominado por Skynet. Sin embargo, hoy la humanidad ha dado un paso atrás, rendida, una vez más, al dominio de la robótica, ya que un pequeño robot ha logrado engañar al captcha de Google, haciéndose pasar por un humano.
Os habréis topado en un montón de páginas webs y registros con el tedio del sistema de seguridad captcha, que conoce todo tipo de combinaciones: haz un puzle con unas fotos; clica en un icono y espera unos segundos de carga -el que el pequeño robot resuelve-; el clásico que nos obliga a escribir texto incomprensible de una imagen... Diferentes medidas con un mismo fin aparente: evitar que los bots de internet tumben servidores, pidiendo realizar una acción de acceso que, a priori, sólo una persona podría resolver. A priori, porque el pequeño vídeo muestra que los robots han alcanzado, a este respecto, un punto de evolución cualitativamente superior.
El pequeño vídeo del brazo mecánico se ha convertido en viral en cuestión de horas. En YouTube ya acumula casi millón y medio de visitas y supera con creces los 2.000 comentarios. También se ha apoderado de las principales redes sociales y los creadores de gifs echan humo.
El uso oculto del sistema captcha
Además, el vídeo del robot es una buena excusa para charlar sobre los captcha y recaptcha, una de las tecnologías más curiosas que de manera diaria utilizamos. Este sistema nació, como decíamos, para poner un muro a los bots de spam de internet y evitar saturar servicios en la red, sin embargo, cada día tecleamos y resolvemos unos 200 millones de estos códigos, y eso hay que aprovecharlo de alguna manera.
Con esta cantidad de interacción humana, un ingeniero ideó el reCAPTCHA, para aprovechar ese "trabajo" y utilizarlo para mejorar la tecnología de digitalización de documentos y textos. La tecnología OCR (Reconocimiento óptico de caracteres) permite digitalizar texto de imágenes convirtiendo un libro escaneado, por ejemplo, en un documento de texto editable. Sin embargo, si alguna vez habéis intentado hacer esto sabréis que esta tecnología no es infalible. Para la mejora constante de la digitalización de texto en imágenes, se han estado aprovechando los códigos captcha. Entre los caracteres a teclear por el internauta se intercalan algunos que el sistema informático de digitalización no reconoce. Millones de personas indican al sistema qué letra o número es ese carácter para él desconocido a través de la resolución de los códigos de seguridad, y así el sistema OCR cada vez "aprende" a digitalizar nuevos tipos de texto en diferentes situaciones. Todo hecho de manera colectiva por millones de internautas y todo, claro, a coste cero.
