Eran casi las tres y media de la madrugada del viernes 23 de febrero, cuando un ladrón sin guante blanco ni de lana (ni de nada), accedió a la tienda erótica más exclusiva de Barcelona, Love Stop. Dentro se encuentran piezas únicas como el mismo consolador que David Beckham le regaló a su mujer Victoria o el que el marido de Beyoncé le regaló a la intérprete de 'Single Ladies'. Precisamente, este último, el que ha caído en manos ajenas.
El vibrador no es uno cualquiera porque está bañado en oro y su precio asciende los 17.000 euros. Buen botín para el ladrón que no se lo piensa dos veces y va directo a por el falo de oro. Aunque tenga que pasar una persiana y dos puertas de cristal con cierto esfuerzo para llegar a su preciado objetivo.
Cuando tiene delante los objetos sexuales, pasa de la caja registradora, mira fijamente la vitrina 'Luxe' e intenta romperla lo más rápido posible porque comienza a sonar la alarma. Todo lo hace sin guantes y sin cubrirse la cara, rápido y sencillo. Bueno esto último no, porque tampoco se ha llevado un martillo y no sabe cómo abrir la dichosa vitrina. Así que coge un consolador con forma de búmeran y lo lanza contra la estantería de cristal que tiene un dineral dentro. Rompe el cristal y por fin coge dos consoladores, es decir, se hace con 34.000 euros en unos pocos segundos. Además, se da cuenta de que hay otros juguetes eróticos que brillan demasiado y tambén se los lleva: un estimulador de clítoris y un dilatador anal, valorados en 3.000 euros cada uno.
El robo duró tan sólo dos minutos y el botín que consiguió está valorado en 40.000 euros. A pesar de lo que podamos haber concluido, la Policía no ha dado con el autor del robo. Sin embargo, teniendo en cuenta que dejó huellas por toda la tienda y que no se tapo la cara, no será muy difícil identificarle.
Piezas únicas
No se conoce el motivo por el cuál se llevó los vibradores, pero si son para uso y disfrute no va a poder hacerlo mucho porque con tantas prisas se le olvidó llevarse los cargadores. El director de la tienda, Raül Escalona, cuenta que son los únicos en el mundo, junto con el Museo de Nueva York, que cuentan con estas piezas y asegura que nunca se había imaginado que le podrían robar.