Ser ladrón no debe ser fácil. Depende del lugar donde pretendas delinquir hay que tomar una serie de medidas para intentar no ser descubierto o que por lo menos, no se conozca tu identidad. Sin embargo, hay algunos delincuentes que van más allá del conocido pasamontañas negro y las caretas al estilo 'La Casa de Papel', decidiendo elegir 'outfits' que, como en este caso, rozan lo cómico.
El protagonistas de los robos en una residencia de ancianos de la ciudad italiana de Pavia es un ladrón disfrazado de fantasma con una tela blanca por encima. No obstante, se dejó el mítico pasamontañas, que hacía la escena captada por las cámaras de seguridad aun más cómica.
En el vídeo de uno de los robos, montado con grabaciones de la residencia Servizi alla Persona, vemos cómo el protagonista se viste con el pasamontañas y se envuelve con una tela blanca en la misma puerta. Acto seguido, camina por los pasillos y se hace con un objeto grande bajo la tela, el cual casi arrastra por el suelo. Las grabaciones del peculiar "chorizo" con un objeto grande bajo el disfraz mientras corre por los corredores podría ser digna de un sketch de humor.
Los acusados por los robos cometidos entre julio y octubre de este año son un trabajador de mantenimiento de 50 años y un hombre jubilado de 61, el cual podría ser el autor intelectual del robo de antigüedades. Para más cachondeo, la operación policial fue llamada 'Cazafantasmas' y los sospechosos se encuentran en libertad mientras se examinan más pruebas.
Otros ladrones-fantasma
Otro caso de 'hurto paranormal' se dio en China, en el que un hombre que intentaba robar en un edificio, se da cuenta de la presencia de cámaras y arranca una cortina para envolverse con ella. Aunque su torpeza no le permitió robar nada, fue identificado y detenido.
En nuestro país, el pasado septiembre, otro ladrón que tuvo la brillante idea de disfrazarse de fantasma con una sábana, intentó atracar un hotel de la localidad granadina de Albolote. Armado con un cuchillo y una pistola, entró de madrugada y saltó el mostrador de recepción para hacerse con el botín de la caja fuerte, aunque sin éxito, pues el recepcionista se resistió.