Los problemas de movilidad del rey emérito Juan Carlos I son conocidos por todos. La última operación a la que se sometió fue el pasado 7 de abril, aunque lo que más se destacó de la cita médica no fue precisamente la intervención de rodilla sino la llegada de las reinas, Letizia y Sofía. La primera le abría la puerta del coche a la segunda como gesto de perdón después del desplante que le había hecho en la misa de Pascua de la Catedral de Palma.
Sin embargo, ahora el foco de atención lo ocupa el monarca después de que la periodista Pilar Eyre asegurase que podría quedarse en silla de ruedas para siempre. Y es que desde que se rompió la cadera en Botsuana, tras matar elefantes en compañía de Corinna, su cuerpo ha dicho basta y ahora se mueve en silla de ruedas, dejando las muletas a un lado.
La periodista explicó en la revista Lecturas que sus fuentes le garantizan que Juan Carlos I tiene la cadera destrozada por un accidente de esquí y que "la nefasta operación de hace años y la artrosis, mal de familia, le han dejajo prácticamente inmovilizado y con grandes dolores. Ha luchado como un jabato rehabilitándose sobre una camilla, pero al final se ha resignado y ha decidido hacer obras en su lado de la Zarzuela para adaptarla a la silla".
Como su madre...
Los ánimos del padre de Felipe VI están muy bajos porque piensa que acabará sus días postrado a una silla de ruedas como le pasó a su madre, que dependía de los demás para hacer todo. María de las Mercedes de Borbón-Dos Sicilias se fracturó la cadera derecha en 1982 y tres años más tarde el fémur izquierdo, ambos accidentes le hicieron tener que utilizar una silla de ruedas el resto de su vida, hasta que falleció en el año 2000.
A pesar de las palabras de Pilar Eyre, Juan Carlos I se resiste a acabar de esta manera y en su última aparición pública, en el encuentro de final de Champions entre el R.Madrid y el Liverpool, apareció en muletas.
