El rey Juan Carlos vulneró el código ético al volar en avión privado, pagado por el jeque de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Seikh Mohammed, al exceder "los usos habituales, sociales o de cortesía" que el monarca puso como tope a los regalos que puede aceptar la familia real, de la que tanto Juan Carlos I como Sofía de Grecia siguen formando parte.
Se trata de una norma impuesta por la Casa Real con el objetivo de reforzar la transparencia y pasar página de las conductas poco ejemplares del padre de Felipe VI que han saltado a los medios de comunicación durante los últimos años.
"Los miembros de la Familia Real no aceptarán para sí regalos que superen los usos habituales, sociales o de cortesía, ni aceptarán favores o servicios en condiciones ventajosas que puedan condicionar el desarrollo de sus funciones", aparece en el primer artículo de la Normativa sobre regalos a favor de miembros de la Familia Real que Felipe VI implementó en diciembre de 2015. El actual monarca también impulsó un código de conducta que contempla entre sus principios básicos la "austeridad".
Las normas obligan a Casa Real a publicar si el viaje fue un regalo, ya que la institución tiene que publicar en su página web de forma anual todos aquellos obsequios que reciben sus miembros. La norma, aprobada por Felipe VI, hace distinción entre los regalos institucionales, que pasan a formar parte directamente de Patrimonio Nacional, y los personales, que exceden del marco oficial, en cuyo caso se podrán aceptar siempre y cuando no superen los usos sociales o de cortesía.
Este último tipo de regalos, señala la normativa, tienen una excepción: "Cuando excedan dichos usos (sociales o de cortesía), seguirán el mismo tratamiento que los regalos de carácter institucional, o bien serán cedidos a una entidad sin ánimo de lucro que persiga fines de interés general o a una administración, organismo o entidad pública que se dedique a la conservación, mantenimiento o actividades similares referidas a bienes de la misma naturaleza que el objeto de regalo".
Y añade: "Los miembros de la Familia Real no aceptarán préstamos sin interés o con interés inferior al normal del mercado, ni regalos de dinero. En este último caso se procederá a su devolución o a ser donado a una entidad sin ánimo de lucro que persiga fines de interés general", señala la normativa. "Cuando los premios o reconocimientos concedidos a miembros de la Familia Real comprendan una dotación económica, deberá procederse a ceder su importe a una entidad sin ánimo de lucro que persiga fines de interés general".
Fiscalización
El Gobierno aprobó el pasado 26 de abril un Real Decreto para regular el funcionamiento de la Casa Real. La gran novedad de esta norma es que el Tribunal de Cuentas fiscalizará las finanzas de Zarzuela y el resto de incorporaciones, que suponen dar rango legal a las normas que Felipe VI han ido implementando desde que accedió al trono en 2014.
La normativa sobre los regalos que pueden recibir los miembros de la Casa Real es menos detallada que la publicada por el Palacio de la Zarzuela, ya que se refiere a los bienes materiales sin recoger la obligación de publicar anualmente el listado de obsequios institucionales obtenidos.
Juan Carlos I desapareció en 2020 del listado de regalos institucionales. Ese año, Felipe VI decidido quitar la asignación presupuestaria que recibía el emérito a raíz del escándalo de las donaciones procedentes de Arabia Saudí y, unos meses después, se produjo su salida de España, aunque fue en 2019 cuando Zarzuela anunció el fin de las actividades públicas del exjefe del Estado.
