El rey Juan Carlos se pagó un viaje a la Polinesia Francesa con el dinero de la Fundación Zagatka, una sociedad instrumental de Liechenstein controlada por su primo Álvaro de Orleans y que habría sido utilizada durante años para ocultar el dinero del monarca.
Según informa El Confidencial, la aparición de varias facturas y comunicaciones incluidas en la investigación que desarrolla la Fiscalía del Cantón de Ginebra evidencian que el monarca pudo continuar disfrutando de sus activos a partir de 2014, cuando ya no contaba con la figura de la inviolabilidad.
Entre los documentos, aparece una extraña operación para costear todos los gastos del rey a la isla de Tahití, uno de los destinos más exclusivos, lujosos y remotos del mundo. El periplo del rey fue importante: despidió 2015 en Los Ángeles, donde pasó la Nochevieja. Posteriormente, el 1 de enero de 2016, se subió junto a cuatro miembros de su escolta a un avión de Air Tahití Nui con destino Papeete, la capital del archipiélago polinesio, enclavado en mitad del Pacífico.
El 5 de enero de ese mismo año, después de pasar la Nochevieja en Los Ángeles, el rey Juan Carlos pudo celebrar su 78 cumpleaños en plena Polinesia Francesa. Posteriormente, el 9 de enero, regresó a Los Ángeles, según las facturas de la agencia de viajes, Midas Travel Management.
Juan Carlos I no escatimó en costes. Tan solo los cinco billetes de ida y vuelta a Papeete desde Los Ángeles costaron 26.311 libras esterlinas, unos 32.900 euros si tenemos en cuenta el cambio del momento.
Fundación Zagatka
El dinero de este viaje no salió de su asignación pública ni tampoco de los Presupuestos Generales del Estado. Si no que se pagó a través de una cuenta en Credit Suisse controlada por la Fundación Zagatka, la entidad supuestamente dirigda por Álvaro de Orleans y que fue constituida en 2003 con la comisión por la venta de Banco Zaragozano a Barclays Bank.
En el año 2009, además, esa cuenta recibió una suculenta comisión por parte de la constructora OHL por la supuesta intermediación del primo del rey en la venta de unos terrenos situados en México.
El dinero del viaje a Tahití salió de esa cuenta, pero no fueron a pagar a la agencia que gestionó los billetes, sino al exmarido de Corinna Larsen, Philip Adkins. La relación entre el exmatrimonio ya era entonces nula, pero el monarca, también sin hablarse con Corinna, había empezado a estrechar una buena amistad con él.
A ambos se les ha fotografiado en diciembre de 2014 en un restaurante de Los Ángeles y en agosto de 2018 compartieron barrera en la Feria de la Semana Grande de San Sebastián junto a la infanta Elena y Froilán.
Precisamente, Philip Adkins había pagado el viaje a Tahití en los días previos a recibir la transacción de esta cuenta opaca, según El Confidencial. De hecho, el entorno del rey y su testaferro Dante Canónica escribieron a la secretaria de Álvaro de Orleans, Renata de Felice, para que ordenara el pago de 32.900 euros a una 'offshore', Fathomless Advisory Services Limited, con cuenta en el HSBC de Hong Kong.
La operación, que se realizó cuando el monarca ya había perdido la figura de la inviolabilidad, podría constituir un presunto delito de blanqueo de capitales si se acredita el origen ilícito del dinero de Zagatka. Además, la factura emitida por la empresa del exmarido de Corinna para encubrir la procedencia de los fondos supondría un presunto delito de falsedad documental.