La monarquía se basa en la herencia. La continuidad de la institución se fundamenta en los herederos de los monarcas asegurando así la sucesión. En el caso de España, la Constitución dicta la norma para que el trono pase de padres a hijos. En el artículo 57 del Título II, el referente a la Corona, así lo dicta:
La corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos de Borbón, legítimo heredero de la disnastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos
Sí, prevalece el hombre sobre la mujer. La Constitución España fue redactada en 1978 incluyendo esta disposición machista en lo referente a a la sucesión al trono. Esta es la razón por la que la infanta Elena, primogénita de don Juan Carlos y doña Sofía, no se convirtió en la heredera en favor de su hermano pequeño Felipe, actual monarca.
Por aquel entonces, a pesar del tufillo machista, se vio como algo normal, algo que no sucedería en la actualidad con una sociedad más concienciada en el feminismo y la igualdad. Así, de haberse repetido aquella situación, la polémica habría obligado a una reforma constiticional, lo que podría haber abierto la puerta a otras. De esta manera se planteba un problema mayor cuando en mayo de 2005 se anunció que el por entonces príncipe de Asturias y doña Letizia esperaban su primer hijo.
No fue hasta el 31 de octubre, día del alumbamiento, cuando todos supimos que se trataba de una niña: Leonor. Las voces sobre la reforma constitucional comenzaron a repetirse y se avivaron cuando un año después se anunció que volverían a ser padres. De ser un niño, habría desplazado a la primogénica en la línea sucesoria, por lo que esta vez optaron por anunciar el sexo para silenciar la polémica: era otra niña.
El consejito de don Juan Carlos
Una vez nacidadas Leonor y Sofía,si doña Letizia se volvía a quedar embarazada y resultaba ser niño (al igual que pasó con don Felipe, tercer hijo de don Juan Carlos y doña Sofía tras las infantas Elena y Cristina), estas quedarían relegadas por imperativo (machista) constitucional. ¿Se la jugaría la real pareja a ir a por el tercero arriesgándose a una reforma constitucional?
No hubo un tercer hijo y a estas alturas parece que nunca llegará. Sin embargo, durante aquellos años, todas las miradas estaban puestas en el vientre de doña Letizia por si se anunciaba nuevo embarazo. Ante esta tesitura, el por entonces rey don Juan Carlos decidió intervenir dando un consejito a su hijo.
En su libro de memorias, José Bono, ex ministro de Defensa, revela una peculiar conversación. Así lo escribe el socialista según destaca Vanitatis: "Durante un almuerzo con los presidentes del Gobierno, del Senado y del Tribunal Supremo, relatan casi escandalizados por la expresión que el rey Juan Carlos ha sido muy plástico al trasladar que, si no se modifica la Constitución, lo que tendrán que hacer Felipe y Letizia es la 'marcha atrás' para evitar que nazca un varón y tengamos líos sucesorios". Se ve que en la familia real no se llevan los preservativos.