Puede sonar algo utópico que el propio Rey de España sea declarado persona 'non grata' en alguna localización de su país, pero es exactamente lo que acaba de pasar. Para entenderlo, nos tenemos que ubicar en Breda, situado en la provincia de Gerona. Allí, en el último pleno realizado por el Ayuntamiento se tomó la decisión de que Felipe VI y cualquier otra persona relacionada con la monarquía no serán bien recibidos a partir de ahora.
Los motivos son claros y algunos ya habréis podido imaginar cuáles son. La razón oficial, que se ha dado desde el propio Ayuntamiento, es que Felipe VI representa a un Estado que impide el libre ejercicio del derecho a decidir del pueblo de Cataluña. Obviamente, esto tendría que ver con el deseo de realizar la consulta sobre la independencia del territorio.
Lo curioso es que esta decisión ha sido totalmente unánime, sin ningún tipo de discusión, siendo aprobada por el pleno del Consistorio que está integrado por seis miembros de ERC, dos de CiU, dos de Tots per Breda y uno de CUP. Todos los miembros habrían decidido que el actual Rey de España, Felipe VI, sea considerado como persona 'non grata' dentro del territorio. La información se ha conocido gracias a la propia Esquerra Republicana, aportando los datos del acuerdo tomado el pasado lunes por la noche.
Esta moción quedaría anulada en cuanto el Estado al que la monarquía pertenece no impidiera el derecho a decidir del pueblo de Cataluña en su futuro. Mientras tanto, este consistorio no participará en ningún acto ni acción que suponga un reconocimiento directo o indirecto a la figura del Rey y a todo lo que la rodea. Tampoco han dudado en afirmar, al hablar sobre la monarquía, que representa "unos valores completamente alejados de la igualdad entre ciudadanos", cuando quisieron exponer sus motivos sobre la decisión tomada.
La negación del Rey fue clave en la decisión
Además de los evidentes motivos y diferencias políticas entre ambas partes, también han querido destacar un último acontecimiento que para ellos fue clave a la hora de decidir que Felipe VI fuera considerado una persona 'non grata' dentro de su territorio: la negación de reunirse con la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, recientemente.
Al parecer, Felipe VI decidió negarse (siempre según la información que ellos mismos han proporcionado) a recibirla en audiencia pública en el momento en el que debían comunicarle quién había sido seleccionado como nuevo presidente de la Generalitat, que en este caso sería Carles Puigdemont. El Rey respondió a esta petición pidiendo que se le comunicara la decisión por escrito, eliminando cualquier posibilidad de realizar ese acercamiento en persona.