El rey Juan Carlos ha comenzado los trámites administrativos para trasladar su residencia fiscal a Emiratos Árabes Unidos, un movimiento con el que dejará de tributar en España. Con este movimiento, el monarca dejará de presentar durante los próximos meses la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en nuestro país correspondiente al ejercicio de 2022 y pasara a responder ante el país del Golfo Pérsico, según publica el diario El Mundo.
El rey sostiene que no radica en España "el núcleo principal o base de sus actividades o intereses económicos", por lo que se convierte a todos los efectos en un contribuyente en los Emiratos Árabes Unidos. El monarca cuenta como circunstancia a su favor que no cumple desde su marcha a Abu Dabi en 2020 con el otro requisito legal, por el que un ciudadano pasa a ser automáticamente residente fiscal español: permanecer más de 183 días en territorio nacional durante el año natural.
La ley contempla que, aunque en casos como el del monarca, el contribuyente "tenga una vivienda permanente a su disposición en dos Estados, se considerará residente del Estado con el que mantenga relaciones personales y económicas más estrechas".
El rey emérito tan solo ha vuelto a España en una única ocasión desde que abandonó nuestro país por sus escándalos. Regresó en 2022 con motivo de la Copa de España de Vela de 6 metros en la localidad pontevedresa de Sanxenxo y regresó horas después.
Su residencia fiscal
Ahora, el rey Juan Carlos se acogerá al régimen fiscal de Emiratos Árabes Unidos donde, a diferencia de lo que ocurre en España, no existe el IRPF y no se pagan impuestos por las ganancias personales. Recientemente, además, el país otorga de forma prácticamente automática el certificado de residencia fiscal a las personas físicas que puedan demostrar su residencia más de 183 días en el último año fiscal.
El rey ha mostrado en varias ocasiones su interés por regresar a España cuando se archiven todas las causas judiciales pendientes, pero el Gobierno y la Casa Real se han opuesto a esta posibilidad. La nueva residencia fiscal en Emiratos Árabes Unidos, ahora, excluye del control de hacienda sus movimientos económicos.
El Fisco consideró que debía haber declarado las invitaciones a monterías en las rentas de los ejercicios correspondientes, sobre todo los vuelos que utilizó para sus desplazamientos. Aconsejado por sus asesores, finalmente firmó un acto de conformidad con Hacienda para cerrar sus problemas con Haciendas.
El rey emérito ha llevado a cabo dos liquidaciones con la Agencia Tributaria. La más relevante, por cuatro millones de euros, por los vuelos privados que le costeó la Fundación Zagatka de su primo Álvaro de Orleans hasta 2018. Cualquier operación que no haya sido declarada por el monarca podría poner en peligro sus declaraciones, que realizó para evitar delitos fiscales.
