Dos mujeres estadounidenses de ascendencia mexicana han sido retenidas durante 40 minutos en Montana (EEUU) por hablar en español, "lo cual es inusual en esta zona", según justificó el agente que les pidió la documentación.
El incidente se produjo pasada la medianoche en una gasolinera de Havre, una pequeña localidad de Montana, estado cercano a la frontera con Canadá. Ana Suda y Mimi Hernández habían entrado al establecimiento a comprar leche y huevos. Mientras lo hacían, hablaban en castellano, idioma nativo de ambas. En ese momento, un agente fronterizo les pidió el documento de identidad, y se las llevó al parking de la gasolinera.
En el trayecto, Ana Suda comenzó a grabar con el móvil para denunciar la situación. Al preguntar al policía el porqué de su detención, este contestó: "La razón por la que le he preguntado por su identificación es porque vine y vi que estaban hablando en español, lo que se escucha rara vez por aquí".
El guardia negó que se tratara de un categorización racial, sino que era "el hecho de que habléis en español en la tienda de un estado que predominantemente es de habla inglesa". En total, Suda y Hernández estuvieron 40 minutos en el parking de la gasolinera, hasta que el agente fronterizo les permitió irse.
"No creo que hablar español sea un crimen"
Al llegar a casa, Suda publicó el vídeo en Facebook, convirtiéndose rápidamente en viral, especialmente por producirse poco después del incidente en Nueva York con un abogado estadounidense que increpó a varias personas por hablar español en un restaurante.
En una entrevista a The Washington Post, la mujer relata su amarga experiencia: "Estábamos muy avergonzadas por haber sido expulsadas así de una gasolinera". El vídeo le ha servido para sacar a la luz el problema, aunque ha provocado que su propia hija le haya preguntado si tiene que dejar de hablar en castellano por la calle por temor a represalias. "No creo que hablar español sea un crimen", sentencia la entrevistada.
Críticas a la actuación del guardia fronterizo
Ante la viralización del vídeo, la Oficina de Protección de Aduanas y Fronteras (CBP) ha publicado un comunicado en el que asegura que estudiará el caso para comprobar si se siguió el procedimiento adecuado en la retención. La gasolinera se encuentra a 35 millas (56 kilómetros) de la frontera canadiense, aunque los agentes fronterizos tienen jurisdicción hasta las 100 millas (161 kilómetros). No obstante, solo deben actuar cuando estén seguros de que se haya cometido un delito o una infracción en las leyes migratorias.
La falta de pruebas para retener a las dos mujeres ha sido, precisamente, el principal argumento empleado por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) para criticar la acción del policía. "Hablar español no es una razón válida para la Patrulla Fronteriza para interrogar o detener", apuntan desde la plataforma.