Como cada vez que se celebran las elecciones, no tardan en salir los resultados calculados con una circunscripción única, es decir, con un reparto proporcional directo entre el número de votos que recibe cada partido y el número de escaños que obtiene en el Congreso.
Una vez más se demuestra que la Ley D'Hont favorece a los dos partidos que reciben mayor número de votos, en este caso el PP y el PSOE. Con un modelo de circunscripción única los populares pasarían de tener 137 escaños a obtener 120, siendo el mayor perjudicado, mientras que los socialistas perderían 3 escaños, descendiendo a 82. Tres escaños que ganarían en Unidos Podemos, ascendiendo a un total de 74 diputados, de modo que se reduciría la brecha de apenas 400.000 votos que se produjo con respecto al PSOE.
Por su parte, el partido de Albert Rivera sería el mayor beneficiado de este tipo de modelo, ya que habría obtenido 47 escaños, 15 más de los que ha conseguido. O, dicho de otra forma, Ciudadanos es el partido más perjudicado por el sistema D'Hont en estas elecciones. El propio Rivera hizo manifiesta su disconformidad con la actual ley electoral en el discurso que hizo ante sus votantes una vez los resultados electorales fueron oficiales.
Cierto es, no obstante, que el que podría ser el partido más perjudicado por este sistema es el PACMA y no Ciudadanos, ya que con una circunscripción única el partido animalista habría entrado en el Congreso con 4 escaños. Conseguir diputados le habría revertido en una financiación pública de la que ahora no podrá disfrutar como condición de partido minoritario. Mientras que el PNV ha obtenido 286.215 votos en este 26-J y ha conseguido 5 diputados, el PACMA, con 284.848, se ha quedado sin representación en el parlamento. No solo eso, sino que los animalistas han conseguido más número de votos que Bildu y Coalición Canaria, que sí han ganado escaños.
De este modo, un pacto de PP y Ciudadanos habría sumado 157 escaños, tan solo uno más que el bloque de izquierdas con PSOE y Unidos Podemos. La formación de gobierno, en esta situación más igualada, se habría presentado más complicada todavía.
El siempre polémico sistema D'Hont
El sistema D'Hont, implantado en la ley electoral española de 1985, es siempre criticado por quienes lo califican como un reparto injusto de los escaños y diseñado para afianzar el bipartidismo. Este sistema está formado por 52 circunscripciones diferentes, correspondientes a cada una de las provincias y ciudades autónomas. Cada circunscripción elige un mínimo de dos diputados, uno en el caso de Ceuta y Melilla, de modo que hay lugares como Madrid en los que este tipo de reparto ha exigido en el 26-J un mínimo de 96.000 votos, mientras que en Soria bastaba con 25.000.
A esto se suma, además, una proporción matemática que potencia siempre al partido más votado. Básicamente se trata de ordenar los votos de mayor a menor e irlos dividiendo entre 1, 2, 3... en lugar de hacer un reparto proporcional de los diputados.
No obstante, este sistema tiene sus defensores, que alegan que garantiza un reparto territorial equilibrado en el Congreso y evita la sobrerrepresentación de las grandes ciudades, que obviaría problemas más locales. Los expertos suelen coincidir en criticarlo, si bien defienden que hay otros sistemas peores y se centran más en señalar como fallos las consecuencias secundarias del sistema, como el hecho de que los partidos tengan que obtener un mínimo del 3% de los votos (entre los que se cuentan los votos en blanco) o, de lo contrario, no son considerados siquiera para obtener escaño.