El que seguramente será el último gran proyecto de Manuela Carmena al frente del Ayuntamiento de Madrid, la remodelación de la Plaza de España, se encuentra en entredicho. La dirección de Patrimonio de la Comunidad de Madrid ha decidido paralizar las obras y urge a realizar un estudio arquelógico que permita preservar todo lo que se encuentra bajo su suelo. Una circunstancia que también está dilatando la remodelación de la estación de Metro de Gran Vía ejecutada por el propio gobierno regional en el entorno de la calle Montera.
La directora de Patrimonio en la región, Paloma Sobrini, ha ordenado realizar un control "especialmente extensivo mientras duren los movimientos de extracción en la zona de acceso de autoridades al senado desde la calle Bailén". Esto retrasará la conclusión de las obras, que prevén ampliar el túnel de Bailén hacia Ferraz, así como cambios estructurales de envergadura para devolver protagonismo a una de las zonas menos explotadas del casco histórico.
¿Qué tipo de vestigios arqueológicos hemos pisado en cada visita que hemos realizado a la Plaza de España? Pues lo cierto es que se trata de una zona muy interesante a nivel histórico, sobre todo por su posición en altura respecto a una corriente de agua, el río Manzanares, que a pesar de su falta de majestuosidad es un curso de agua con un largo recorrido histórico (donde ya se han encontrado restos del Paleolítico en zonas como Carpetana).
Esa altura se une a que la plaza se encuentra en el área próxima al entorno del Palacio Real. Esa zona, donde antes se levantaba en Alcázar de Madrid, era el epicentro del Mayrit árabe, la fortaleza militar que fue germen de la gran capital de la actualidad (capricho de Felipe II mediante).
Restos de diversas épocas
Los informes realizados por Patrimonio de la Comunidad de Madrid señalan que la zona podría albergar vestigios marteriales del Paleolítico, de la Edad de Bronce y de Hierro. También se señala la posible existencia de restos pertenecientes a la dominación romana y del reino visigótico.
Por otro lado, se señala que la Plaza de España podría esconder en su subsuelo restos de la época fundacional musulmana y cristiana hasta el siglo XV, como las murallas del primer y segundo recinto de la Villa de Madrid, que se encuentran catalogadas como Bien de Interés Cultural.
El escrito referencia los hallazgos del arquitecto Fernando García Lomas que, supuestamente, encontró vestigios romanos mientras llevaba a cabo varios trabajos en el monumento a Cervantes, inagurado en en 1929 y 1957 tras sendas reformas.
El río Manzanares puede ser todo un hervidero de restos arquelógicos porque se trata de un curso de agua muy antiguo. Además, la fuerte elevación que representa la zona centro de la capital respecto al río convierte a esta zona en atractiva para asentamientos en el pasado, tal y como sucede en Toledo o Segovia.