¿Te consideras 'foodie'? ¿Disfrutas descubriendo nuevos sabores, cocinas de todo el mundo y no te importa probar nuevas experiencias? Pues desde ahora ten cuidado con las recomendaciones. Si lo miramos detenidamente, en aplicaciones como TripAdvisor nos dejamos guiar por el mero parecer de gente que no conocemos para acabar probando nuevos restaurantes y otras experiencias.
Lo que por un lado es algo tremendamente útil ya que podemos conocer las opiniones de miles de personas, al mismo tiempo se convierte en una plataforma tremendamente sencilla para el trolleo.
Eso es lo que han podido comprobar en el Reino Unido, donde dos amigos han tenido la genial idea de crear un restaurante falso. Y han terminado por auparlos al top de la aplicación. ¿Alguien acudió? No. ¿Cuál era su nota? La máxima.
El cobertizo de Dulwitch
Oobah Butler es el protagonista de nuestra historia. Butler, un joven inglés que cobraba por hacer reseñas de restaurantes y establecimientos para aplicaciones como TripAdvisor, pensó que gracias a la experiencia que ya tenía, podía crear una broma de grandes magnitudes.
Aprovechando que conocía a más de un compañero que cobraba también labores del mismo estilo, pensaron que a modo de crítica era el momento de montar su propio restaurante ficticio y llenarlo de reseñas de auténticos profesionales. Ellos, que apenas cobraban diez euros por reseña, pensaron que el trolleo iba a dar muchos más réditos que lo que cobraban por mentir, básicamente.
De esta forma, nacía "El cobertizo de Dulwitch", un restaurante que apenas con un perfil de Facebook, fotos bien ornamentadas y un móvil prepago, ya estaba listo para aparecer en la red. Este experimento, apadrinado por la famosa revista Vice, poco tardó en hacerse famoso y aparecer muy arriba en TripAdvisor en cuestión de días.
Sopas de pastilla de lavadora y espuma de afeitar
Junto a la crítica a TripAdvisor como plataforma, Butler también pensó en mostrar un ácido recuerdo para la cocina moderna. Para ello, elaborarían un menú con elementos para nada comestibles. Objetos de la talla de pastillas de lavavajillas, espuma de afeitar o incluso uñas de sus pies formaban parte del menú, el que ofrecía unas fotos muy bien cuadradas y unos ingredientes que para nada tenían que ver con los reales.
En cuestión de días Butler y sus amigos meterían al 'Covertizo de Dulwitch' en el top 10.000 de TripAdvisor, un hecho que haría que comenzaran las llamadas para reservas. En apenas un mes, el móvil de prepago echaría humo, hasta el punto de recibir llamadas hasta de lugares tan inhóspitos como Noruega. Esto haría agudizar el ingenio a Butler y sus colegas y aumentar la carta. Una vez se alcanzaba el top-10, sería el momento de decir la verdad, en un reportaje que poco tardó en hacerse viral.
Hechos como estos solo demuestran el poder increíble del postureo y las apariencias, en el cual, en una época como la actual. Ahora, las redes sociales lo son todo, por lo que contar con buenas opiniones nos lleva a creer en productos que quizá no son ni siquiera de calidad. Gracias a este experimento a bien seguro desde ahora veremos este tipo de aplicaciones de otra manera, al mismo tiempo que conocemos que muchísima gente cobra por hablar bien de sitios, lo que que desvirtúa sobremanera este sector. Internet no siempre tiene la razón.