El presidente valenciano, Carlos Mazón, llegó dos horas y media tarde a la reunión de emergencia para la gestión de la DANA en la Comunidad Valenciana. A pesar de que estaba programada a las 17:00 horas, Mazón no se presentó hasta las 19:30, cuando las inundaciones eran una completa realidad.
Todo ello ocurría a pesar de que la alerta se había lanzado desde la primera hora de la mañana. El presidente valenciano estaba comiendo entonces con la periodista Maribel Vilaplana en el restaurante El Ventorro, según ha explicado para ofrecerle la dirección de la televisión autonómica valenciana, À Punt. Un encuentro que se extendió hasta las 18:00 horas y que ahora podría ser clave: con la judicialización de la causa contra el presidente, ella podría ser citada como testigo para esclarecer sus pasos en la catástrofe.
En todo caso, la comida (que nunca canceló) no aparecía en la agenda oficial. Primero negó su existencia, después llegó a aludir a asuntos privados, luego que se había citado con la patronal, a pesar de que descartó haber mantenido dicha reunión.
La cita, en todo caso, coincidió con la tardía respuesta a la DANA en Valencia, puesto que los mensajes de alerta a los ciudadanos no llegaron hasta las 20:11 horas, cuando las inundaciones ya eran una realidad y los ciudadanos hacían vida normal: rescataban sus coches en garajes como en cada gota fría, paseaban o hacían deporte, visitaban centros comerciales...
Restaurante El Ventorro
El local donde se encontraba Carlos Mazón en plena alerta es el restaurante El Ventorro. Está situado en la calle Bonaire 8 y está situado cerca del Palau de la Generalitat. Es un establecimiento que está catalogado como de "comida mediterránea" y goza de una calificación de 4,6 sobre 5 en las reseñas de Google.
"Acogedor restaurante situado en el centro de Valencia, en una casa antigua que mantiene decoración de la época, en diferentes plantas. El servicio y la calidad de la comida espectacular, el problema es que no eres consciente del precio de cada plato hasta que pides la cuenta", escribe un usuario sobre el establecimiento. "Lo único cuanto menos inquietante, -es que no hay lista de precios", recalca también otro cliente, en escritos con un año de antigüedad y para los que se advierte un precio por cubierto que asciende a 100 euros.
Los precios, según indican los clientes, no aparecen reflejados en la carta, aunque sí en las facturas. Un potaje asciende a 18 euros, mientras que un plato de calamar en su tinta cuesta 24 euros o una ración de corvina se cotiza a 21 euros.
El establecimiento es un coqueto restaurante caracterizado por su decoración, con azulejos tradicionales valenciano y la madera de su mobiliario, que convierte al local en "uno de esos restaurantes con solera que ya casi no quedan", según indican en su página web.
El establecimiento lleva sirviendo comida mediterránea tradicional desde 1967, con una experiencia gastronómica única en Valencia. El local incluye reservados y algunos espacios con una cuidada decoración e intimidad.
La carta incluye una cocina tradicional que se complementa con una buena oferta de vinos, para la que se ha elaborado una cuidada carta diseña personalmente por Alfredo Romero, nieto de los fundadores.
Una de las principales características de El Ventorro es que no tiene carta fija. Diariamente se cocinan ingredientes frescos y de temporada para variar la oferta atendiendo a platos de cuchara, pescados de playa y carnes de gran calidad.
Entre algunos de sus platos destacados, se pueden encontrar salmones en fritura de máxima calidad, sepionets frescos, habitas con foie o vieiras. Las preparaciones atienden a la categoría de los ingredientes para extraer al completo todas sus cualidades.
En temporada de frío, el restaurante acostumbra a ofrecer algunas de las mejores legumbres de la Comunidad Valenciana, con platos como verdinas con perdiz o judías pintas con chorizo.