El sistema de streaming más reconocido mundialmente fue fundado en 1997 por Marc Randolph y Reed Hastings, dos directivos de una empresa de software en Silicon Valley. Por aquel entonces, Netflix nació con la aspiración de imitar al modelo de negocio de Amazon, al que admiraban, y comenzó a operar en el mercado vendiendo DVDs online de forma similar a un videoclub tradicional. De esos tiempos poco queda ya en el gigante del streaming, que ha dejado completamente de lado el negocio de los alquileres de DVD.
Sin embargo, para 2,7 millones de estadounidenses, Netflix sigue siendo aún una empresa por correo, y es que los sobres rojos continúan llegando a sus buzones desde los inicios de la compañía. Pero... ¿por qué utilizaría alguien este servicio en pleno auge del streaming y con contenidos disponibles a un solo click?
Existen varias razones por las que más de dos millones de estadounidenses consumen series y películas de la forma más tradicional y no, ninguna de ellas es la nostalgia por los viejos tiempos.
Las razones para la suscripción al servicio postal de Netflix
En primer lugar, las zonas rurales de Estados Unidos tienen dificultades para obtener el gran ancho de banda que requiere el streaming, y es que hoy en día Netflix consume nada menos que el 15% de todo el ancho de banda de Internet en Estados Unidos. Para los más de 24 millones de estadounidenses que permanecen aún sin acceso a banda ancha resulta, por tanto, prácticamente imposible disfrutar en el momento que elijan de su película favorita de la plataforma y recurre al servicio postal.
Pero la demanda de DVDs no se limita solo a las zonas rurales. Aunque el catálogo de Netflix parezca infinito y uno pueda perder horas en elegir algo para ver entre toda su oferta, hay a quien ésta le resulta insuficiente.
La plataforma nunca revela sus datos; sin embargo, según revelan los portales que se dedican a indagar en los entresijos de la compañía, el servicio de streaming tiene supuestamente unos 6.000 títulos de películas y series, mientras que el servicio por correo contaría con aproximadamente 100.000, lo que parece ser razón suficiente para los fieles a los famosos sobres rojos. El suscriptor Rick Byrne, que ya ha alquilado 5.000 discos en la última década, asegura que "Lo atractivo para mí es la diversidad de contenidos que se ofertan a través de esta vía".
Las plataformas que funcionan mediante suscripción también parecen ser cada vez más numerosas y hay quien quiere tener acceso a todos los servicios. Sin embargo, los costes se acumulan y el gasto en contenidos es cada vez mayor. Esta especie de cansancio de las suscripciones ha relanzado de nuevo la opción de demandar las películas y series por correo únicamente en el momento que se desea.
Sin embargo, una de las razones más importantes es la pereza o el olvido, y es que muchos suscritores de Netflix continúan pagando por el servicio de DVD a pesar de que no han solicitado uno desde que Netflix se convirtiera en lo que es hoy en día.