¿Sabías que la nariz está diseñada específicamente para respirar? Parece una tontería, pero seguro que nunca te lo habías planteado. Pero claro, pudiendo hacerlo también por la boca, tiene sentido que no hayas caído en ese "pequeño" detalle.
Podemos pensar que con que el aire entre en nuestros pulmones, estamos respirando y todo sigue su curso, da igual que entre por la nariz o por la boca. Aunque seguro que la cosa cambia si te decimos que respirar por la boca en lugar de por la nariz puede tener una serie de efectos negativos en la salud y en el bienestar general de una persona.
Y es que, cuando se respira por la boca en lugar de por la nariz, se compromete el funcionamiento óptimo del sistema respiratorio y se pueden experimentar algunas complicaciones.
Respirar por la nariz vs respirar por la boca
La nariz actúa como un filtro natural del aire que inhalamos, atrapando partículas de polvo, alérgenos y bacterias antes de que lleguen a los pulmones. Cuando se respira por la boca, estas partículas pueden llegar directamente al sistema respiratorio, lo que aumenta el riesgo de infecciones respiratorias, alergias y problemas pulmonares.
La nariz también humedece y calienta el aire que inhalamos, lo que ayuda a proteger las vías respiratorias y los pulmones. Cuando se respira por la boca, el aire entra en los pulmones sin ser humidificado ni calentado adecuadamente, lo que puede causar sequedad en la garganta, tos crónica y molestias respiratorias.
Respirar por la nariz también permite una respiración más lenta y profunda, lo que ayuda a promover la relajación y el bienestar general. La respiración por la boca suele ser más rápida, lo que hace que perdamos el óxido nítrico producido en la nariz. Esto además empeora la absorción de oxígeno en los pulmones y la respuesta natural de nuestro cuerpo es hacer que aumente la presión arterial.
La respiración nasal está vinculada al correcto desarrollo facial y dental. La respiración oral puede contribuir al desarrollo de problemas como secar la cavidad oral, reduciendo la saliva que protege los dientes y las encías de las bacterias. Esto puede incrementar el riesgo de caries dental, mal aliento y enfermedades de las encías.
Los más afectados en este punto suelen ser los niños, ya que pueden sufrir cambios en la mordida y la estructura facial, como el crecimiento insuficiente de la mandíbula y el amontonamiento de los dientes.
¿Por qué respiramos por la boca?
Lo hacemos de forma inconsciente, pero esta respiración puede originarse por diversas razones como obstrucciones nasales debido a alergias, sinusitis o desviaciones del tabique nasal.
También puede ser causada por otros hábitos como respirar por la boca durante el sueño, o por factores anatómicos como el tamaño de las amígdalas.
¿Cómo podemos evitar el respirar por la boca?
Es posible que muchas personas no se den cuenta de que respiran por la boca en lugar de por la nariz, principalmente por la noche. Algunos de los síntomas con los que se puede identificar que esto está ocurriendo son los ronquidos, la boca seca y el mal aliento, ronquera y fatiga en general.
Es importante identificar la causa y buscar un posible tratamiento para prevenir complicaciones como las que has visto anteriormente y, de esta forma, mejorar la salud respiratoria y bucal.
Los medicamentos descongestionantes pueden tratar la congestión nasal debida a resfriados y alergias. Otra solución es usar tiras adhesivas para ensanchar las fosas nasales por la noche.
Cuando se trata de niños, el odontólogo puede sugerir el uso de aparatos dentales para expandir el paladar, facilitando la apertura de los senos nasales. Para casos donde la respiración bucal está ocasionada por el estrés o la ansiedad, también es muy útil la práctica de meditación y ejercicios de respiración.
