La resaca, la compañera fiel y enemiga de los domingos de muchos, es el fenómeno que nos recuerda los excesos de la noche anterior. Esta, también conocida como veisalgia, presenta una gran sensación de debilidad, cansancio, náuseas, dolores de cabeza, dificultad para concentrarse... En definitiva, una pérdida de voluntad plena para asumir que la vida continúa cuando abres los ojos y todo te da vueltas.
Existen muchos métodos para intentar evitar la resaca, algunos más factibles que otros. Hay quien bebe mucha agua a la vez que consume alcohol, otros optan por tomarse un analgésico antes de dormir y, el más conocido, darse un manjar antes de salir para combatir los efectos del alcohol.
Pese a esto, la resaca se ríe de nosotros la mayoría de las ocasiones pues realmente somos incapaces de controlarla. Tanto es así que, une studio realizado por por los laboratorios de Healthspan Ruby Effervescent señala que pasamos varios años de nuestra vida sufriendo resaca.
El estudio analizó a dos mil personas mayores de dieciocho años en Reino Unido y obtuvo como resultado que, de media, cada persona estaría en estado de resaca 724 veces a lo largo de su vida.
La integración del alcohol en la sociedad
La media del estudio corresponde a una resaca por mes, aunque también hubo un 5% de los encuestados que admitió despertarse en este estado nada agradable unas seis veces en dicho periodo de tiempo.
Este dato demuestra y advierte de hasta qué punto el alcohol está normalizado e integrado en nuestras vidas, sobre todo en el ocio nocturno.