República Checa organizará de nuevo un concurso para seleccionar a su representante en Eurovisión. El resultado del grupo noruego-canadiense We Are Domi en Turín el año pasado ha motivado al ente público Ceská Televize (CT) a dar un paso más allá con su preselección anual, ESCZ, que en esta ocasión será emitido en televisión lineal en abierto, y en riguroso directo desde los estudios de la cadena en Praga, el próximo 30 de enero.
A través de un comunicado dirigido a los medios de comunicación, la delegación checa, en palabras de su director de Prensa Internacional, Ahmad Halloun, asegura que el programa "será un espectáculo a la altura y de alta calidad". En este sentido, el país centroeuropeo continúa viendo en el festival del viejo continente una gran oportunidad para mostrar el talento que alberga dentro de sus fronteras, y dará voz a una selección de cantantes y temas que saldrán a la luz próximamente.
"Una vez más nos centramos en mostrar el talento checo a nivel internacional, y un espectáculo en vivo es una forma fantástica de hacerlo", explica. Asimismo, Halloun ha alegado que este show, y para el deleite de los eurofans, pondrá el foco tanto en la audiencia local, como en los seguidores internacionales.
Más de 170 canciones han sido enviadas a la televisión con el objetivo de ser la banda sonora del país en Europa a finales del próximo mes de mayo, la mayoría escritas por compositores y autores locales, aunque también con contribuciones internacionales. "Estoy orgulloso de cómo la marca ha crecido al menos en la escena musical checa, la plataforma está volviéndose extremadamente interesante y atractiva. Me complace anunciar que hemos recibido una respuesta abrumadora de la industria musical checa", alega Krystof Samal, jefe de Delegación.
Un camino de obstáculos que finalmente ve la luz
Eurovisión atravesó en la República Checa una gran crisis de reputación tras los malos resultados cosechados tras el inicio de su andadura en 2007 con el grupo Kabát y 'Mála Dáma', hasta el año 2009, lo que motivó su retirada hasta 2015. Ceská Televize ya había mostrado interés en asistir a Kiev en 2005, y lo volvió a intentar en 2006 tras la victoria de Helena Paparizou. Pese a tener el terreno bien allanado, su poca confianza en una posible clasificación para la gran final mermaron sus ganas de enviar una candidatura Atenas y decidieron esperar hasta Helsinki. Ni a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera. Los presagios se cumplieron y no obtuvieron una plaza en la gran final hasta 2016, pasado su regreso al concurso en 2015, tras un parón de varios años.
Tras los descalabros y la mala suerte que corrieron artistas como Tereza Kerndlová, Gipsy.cz o Marta Jandová & Václav Noid Bárta, el buen resultado de Gabriela Guncinková trajo un halo de esperanza a los despechos en Praga, que coincidió con el esfuerzo extra de la nueva delegación, renovada en aquel momento, por hacer que la marca Eurovisión pudiera resurgir de sus cenizas.
Una marca que no había despertado ningún tipo de interés en el panorama musical patrio hasta que la cadena decidió dar otro paso importante en este camino: volver a organizar una selección en abierto tras hacerlo en 2007 y 2008, y devolver al público la opción de seleccionar un candidato. Ceská Televize levantó un formato emitido a través de internet en 2018, 2019, 2020 y 2022. Primero con videoclips como carta de presentación, y el pasado año, con actuaciones grabadas con voces en directo.
Finalmente, el país podrá ver este año, por primera vez, un espectáculo de primer nivel, dirigido y pensado para la industria musical local y la audiencia que cada día conecta con la pequeña pantalla dentro de sus fronteras.
