Repsol ya había lanzado una señal de alarma antes de que España sufriera uno de los apagones más graves de su historia reciente. Según ha revelado El Mundo, la compañía energética comunicó el pasado 24 de abril a sus principales clientes que una avería eléctrica externa había obligado a detener la actividad en su refinería de Cartagena, cinco días antes del colapso que dejó sin luz a buena parte del país.
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La refinería, una de las instalaciones clave en el entramado energético nacional, se vio afectada por una interrupción del suministro eléctrico ajena a sus operaciones, lo que llevó a Repsol a activar una cláusula de "fuerza mayor" y suspender temporalmente todas las entregas de producto.
En el comunicado, redactado en inglés, la empresa detallaba que el 22 de abril se había producido un cierre inesperado de las instalaciones por "circunstancias fuera de su control".
Un precedente relevante
En ese mismo escrito, Repsol aseguraba estar haciendo "esfuerzos razonables para minimizar el impacto" y prometía mantener al tanto a sus clientes sobre cualquier novedad. El incidente pasó desapercibido en su momento, pero su relevancia ha crecido tras el gran apagón del lunes 28 de abril, cuando una pérdida súbita de 15 gigavatios —el 60 % de la demanda nacional en ese momento— dejó sin electricidad a gran parte de España y afectó a infraestructuras clave en múltiples comunidades.
Aunque por ahora no hay pruebas que conecten directamente el fallo en Cartagena con el apagón masivo que afectó a media España, la coincidencia temporal invita a la reflexión.
Por el momento, el Gobierno continúa investigando lo ocurrido, mientras empresas como Repsol tratan de recuperar su actividad habitual. Pero para muchos ciudadanos, que vivieron con incertidumbre e impotencia ese lunes sin luz, lo importante no es solo saber qué falló, sino asegurarse de que no vuelva a pasar.
