La ciencia en torno al cuerpo humano es aún un misterio y la procreación artificial sigue siendo aún uno de sus retos principales. La cuestión reside ahora en la posibilidad que ofrecería la modificación de células humanas mediante reprogramación, lo cual ayudaría a parejas homosexuales y heterosexuales, que no puedan producir de forma natural sus propios óvulos y espermatozoides, a reproducirse artificialmente con su propia información genética.
Su aplicación teórica no es otra que devolver las células del cuerpo humano a su estado original como embrión, o incluso como óvulo y espermatozoide. Todo ello se ejecutaría mediante reprogramación, lo cual permitiría construir un organismo completo a través de células normales que una vez devueltas a su estado natural pudieran ser implantadas en el útero de una mujer. El reto se sitúa en lograr el control de las células una vez trasplantadas para que se comporten según se desee y ayuden a curar enfermedades.
Una clínica dedicada a los tratamientos de fertilidad haría la sugerencia tras seguir los pasos del investigador japonés Shinya Yamanaka, que hace más de una década logró demostrar que cuatro genes sirven para devolver las células adultas a un estado similar al embrionario, para que así después se transformen en cualquier tipo de tejido. Gracias a ello se despertó toda esperanza para la creación de una medicina regenerativa que permitiera reparar órganos humanos dañados y así curar trastornos o enfermedades.
Aunque la investigación en humanos avanza lentamente, aunque con grandes progresos, sin embargo en animales los avances han conducido a un grupo de investigadores en 2016 a producir óvulos de ratón a partir de células madre pluripotentes y funcionales, sin pérdida de propiedades. Posteriormente, los científicos de la Universidad de Kyushu (Japón) cultivaron los óvulos en el laboratorio mediante fecundación in vitro y los introdujeron en hembras de ratón para su desarrollo que resultaron y dieron lugar a crías fértiles, que incluso dieron a luz a sus propias crías.
Precursores de ovocitos
Carlos Simón, director de una compañía dedicada a la reproducción genética explica que no es difícil reprogramar células para que se conviertan en tejido muscular o neuronas, pero sí las que "van a depender de la creación de un ser humano", ya que combinar los genes de los machos y las hembras atiende a un proceso muy complicado.
Simón explica que los genes que dieron la explicación de Yamanaka "no sirven para crear células primordiales" y que la ley de España impediría avanzar en el proceso porque no permite "crear y destruir embriones", aún así Carlos Simón es prudente y cuantifica de "cinco a diez años" el tiempo necesario para comprobar la situación en cuestión.
La directora del Banco de Líneas Celulares del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona, Anna Veiga, confirma que aunque sea posible que los ratones desarrollados a partir de fecundación artificial existan, el proceso en humanos es distinto y lo único que se ha conseguido es "producir ovogonias, que son precursores de los ovocitos, aunque imperfectos".
El uso de la reprogramación celular en humanos facilitaría y solucionaría los problemas de infertilidad en mujeres con edades superiores a 40 años, aunque por el momento, hay una técnica, "la transferencia nuclear", que permite introducir le ADN nuclear de la madre en un óvulo de una donante al que previamente se le extrae el núcleo. Además es una de las opciones que permiten evitar enfermedades durante y después del embarazo.
