Durante la segunda sesión del juicio ha declarado una de las víctimas de Jorge Ignacio de Palma, acusado del asesinato de la joven Marta Calvo y de otras dos mujeres. El hombre está acusado de acabar con la vida de las tres jóvenes así como de abusar de otras ocho, las cuales fueron abandonadas tras administrarle cocaína vaginal y analmente en contra de su voluntad.
La joven víctima ejerce la prostitución desde hacía un tiempo y ha declarado que estuvo a punto de morir a manos del autor confeso del descuartizamiento de Marta Calvo. En su declaración ha confesado que normalmente está acostumbrada a lidiar con todo tipo de clientes, pero en este caso no estaba preparada para afrontar lo ocurrido aquella noche.
Las drogaba con cocaína y luego las mataba
La víctima ha relatado que durante su primer encuentro en 2018 con Jorge Ignacio de Palma le pareció "una persona tranquila que sabía lo que hacía". Cuando intentó drogarla, ella intento lidiar como pudo con él hasta que vio que la situación estaba yendo demasiado lejos. "A nosotras nos enseñan a fingir que consumimos, solemos tratar con hombres ebrios, drogados o fumados", ha explicado la joven.
En un momento dado, la víctima explica que Palma se ofreció a hacerle un masaje con aceite. "Vi que llevaba la mano cerrada", señala. Unos minutos más tarde, el hombre va a darse una ducha con la excusa de que no se sentía muy bien y que tenía "sudores fríos". Fue entonces cuando ella se percató de que le había introducido en su vagina pequeñas rocas de cocaína sin su consentimiento.
Aunque intentó alertar a los responsables del prostíbulo, la víctima afirmó que no recibió demasiada ayuda y tuvo que volver con el presunto agresor. En un momento dado se dio cuenta de que José Ignacio le había echado algo en su bebida. "Había escuchado algo parecido a cuando se rompe una cápsula y noté como arena", cuenta la víctima.
Inmediatamente la mujer fue corriendo a la cocina del prostíbulo y volvió con un cuchillo. Fue entonces cuando ella le gritó: "usted me mata pero se viene conmigo". Ante tanto escándalo, Jorge Ignacio fue obligado a abandonar el prostíbulo, no sin antes despedirse de la víctima. "Me dio un beso en la frente y me dijo: 'pobre chica, cómo le gusta la droga'", declara la joven.
La víctima fue directamente al hospital
Tras el incidente, la joven relata cómo logró vestirse muy nerviosa y fue directamente a un hospital. "Allí me desmayé, luego me dijeron que si llego a estar cinco minutos más hubiese muerto". Entre sollozos, la víctima no dudó en referirse a José Ignacio de Palma como "un monstruo, un asesino" y que tuvo que denunciarle "para que no siguiera matando".
El caso de esta joven prostituta se suma así al de otras diez víctimas más (tres de ellas asesinadas) que pudieron sufrir los ataques de Palma. El presunto agresor se enfrenta a una pena de 130 años de cárcel por parte de la Fiscalía y a una petición de prisión permanente revisable por parte de los abogados de la madre de Marta Calvo.