Los factores ambientales están detrás de un alto porcentaje de tumores. Se trata de una tradicional sospecha con mayor aval científico y que ahora cuenta con una nueva constatación científica gracias a un estudio desarrollado por el grupo de investigación de Epidemiología del Cáncer del ibs.Granada.
Dicho análisis ha aportado nuevas pruebas sobre la relación existente entre la exposición al Bisphenol A (BPA), presente en numerosos productos elaborados a base de plástico y algunos tipos de cáncer, como el de próstata o el de mama.
El estudio está liderado por la directora científica de ibs.Granada, la doctora María José Sánchez y el doctor Miguel Rodríguez Barranco, en colaboración con el grupo de investigación de Oncología Básica y Clínica liderado por el doctor Nicolás Olea.
Dicho estudio ratifica una sospecha que la comunidad científica mantiene desde hace años. Hay bastantes estudios científicos que indican el papel que pueden jugar ciertos productos de uso cotidiano, interfiriendo en la actividad hormonal del organismo.
Entre ellos, se encuentra el Bisphenol A (BPA), un compuesto ampliamente utilizado en la fabricación de polisulfonas y plástico de poli carbonato, polímeros y resinas epoxi, o papel término, del que se producen alrededor de cinco millones de toneladas cada año.
Debido a su potencial efecto como disruptor endocrino, el BPA podría estar relacionado con la aparición de ciertos tipos de cánceres considerados como hormonodependientes, como el cáncer de mama o el cáncer de próstata, según confirma un nuevo estudio, que destaca las pocas investigaciones que han estudiado la exposición a BPA y su asociación con el riesgo de desarrollar estos dos tipos de cáncer.
Un estudio potente
El estudio español, financiado por el Instituto de Salud Carlos III y enmarcado dentro del Estudio Prospectivo sobre Nutrición y Cáncer (EPIC) se convierte en un potente y pionero trabajo de seguimiento durante 20 años a una muestra de algo más de 4.800 individuos (547 mujeres con cáncer de mama, 575 hombres con cáncer de próstata y 3.7890 personas libres de la enfermedad).
Tomando como referencia las muestras de sangre recogidas al inicio del proyecto EPIC entre los años 1992 y 1996, se determinó la exposición a BPA de todos los participantes del estudio midiendo la concentración en suero, siempre antes de desarrollar la enfermedad.
Después del seguimiento de dos décadas, en los que se identificó a los sujetos que desarrollaron cáncer de mama o de próstata, se pudieron comparar los niveles presentes en el organismo entre los individuos sanos y los diagnosticados de uno de esos dos cánceres.
Los resultados mostraron un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de próstata en los hombres con niveles más altos de BPA en sangre, respecto a aquellos que tuvieron valores no detectables del compuesto. El resultado fue independiente de otros factores que pudieran actuar como de riesgo o protectores frente al cáncer de próstata. No se encontró, sin embargo, ninguna asociación entre niveles de exposición al BPA y el mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama en la mujer.
Se trata del primer estudio hasta la fecha que analiza el efecto de la exposición a largo plazo a BPA sobre el riesgo de dos de los cánceres más frecuentes, mediante un diseño de cohortes, con un seguimiento de largo tiempo y un número considerable de participantes, convirtiéndolo así en una investigación "que seguirá dando resultados importantes que ayuden a seguir aumentando el conocimiento" acerca de los factores de riesgo que contribuyen al cáncer en la sociedad actual.