Que Donald Trump es uno de los personajes más odiados del momento por sus comentarios racistas, homófobos y, en general, conservadores hasta el extremo no es una novedad. Él mismo se lo ha ganado a pulso con perlas como:
(Los inmigrantes provenientes de México) están trayendo sus drogas, están trayendo su crimen. Son violadores y algunos, asumo, son buenas personas
Incluso un usuario de Twitter se atrevió a compararlo con Lord Voldemort, el villano de la saga Harry Potter, recibiendo una contestación de la propia J.K. Rowling en la que advierte que ni Lord Voldemort era tan despiadado.
How horrible. Voldemort was nowhere near as bad. https://t.co/hFO0XmOpPH
? J.K. Rowling (@jk_rowling) diciembre 8, 2015
No es de extrañar, por tanto, que los británicos hayan decidido llevar al Parlamento un debate en el que se decidiría si prohibir la entrada al país del político norteamericano.
1 ¿Puede un país prohibir la entrada a una persona?
Pues en principio, sí. Y además no es necesario ponerle la etiqueta de persona non grata. En la Comunidad Económica Europea se puede prohibir la entrada de cualquier ciudadano que no pertenezca a esta y su presencia suponga un peligro (físico, moral o intelectual).
De hecho, Donald Trump, en caso de ser agraciado con este 'honor', no sería el primero en ser prohibido por el Reino Unido. El pastor de extrema derecha Terry Jones, que planeó una protesta basada en quemar libros del Corán, el extremista judío Mike Guzovsky o el exmiembro del Ku Klux Klan Donald Black tienen prohibido entrar en los territorios de la Reina Madre.
2 ¿Por qué se está debatiendo en el Parlamento?
Una periodista freelance, Suzanne Kelly, se vio fuertemente indignada por la propuesta de Trump de prohibir la entrada de los musulmanes a EEUU, por lo que ella propuso prohibirle la entrada a Trump en su país. Pocos creían que la proposición pronto alcanzaría más de 575.000 firmas, un número suficiente para que el Parlamento británico tenga el deber de considerar y debatir la propuesta.
A pesar de todo, no es un debate significativo, es decir, la decisión de prohibir a Trump la entrada al país no vendrá de una votación parlamentaria. Esa decisión ha de tomarla la Ministra de Interior Británica.
3 ¿Cuáles son las opiniones de tomar esta medida?
En el Parlamento casi todo el mundo ha criticado la visión cerrada y simplista del mundo que tiene Trump, aunque no todos creen que la medida fuera efectiva.
Algunos, como la miembro parlamentaria Tulip Siddiq, lo tienen claro:
Sus palabras no son cómicas, no tienen gracia. Son palabras envenenadas y corren el riesgo de hacer estallar la tensión entre comunidades minoritarias vulnerables
La misma opinión tiene el parlamentario Jack Dromey:
No creo que debamos permitir a Donald Trump acercarse a menos de mil millas de nuestras costas. Trump es libre de ser un imbécil pero no de ser un imbécil peligroso en nuestro país
Sin embargo, el moderador del debate, Paul Flynn, cree que la medida puede ser contraproducente, pues a los ojos de los americanos Trump podría quedar como un mártir.
Otros miembros parlamentarios más conservadores creen que, más allá del discurso de odio de Trump, este no debería ser prohibido en el país por lo que supondría. Sir Edward Leigh lo explica así:
Nos guste o no, es un aspirante a ser el presidente del país más poderoso del planeta y un vital aliado de nuestro país. Hemos recibido a líderes de China, Arabia Saudí y hasta al señor Ceausescu, cuyos crímenes han sido mucho peores de lo que el señor Trump puede llegar a soñar
4 ¿Y qué opina Trump?
Bueno, Trump no ha dicho nada por sí mismo. Seguramente ni se ha enterado de la misa la media, pero su compañía sí que ha hecho varias declaraciones.
La vicepresidenta ejecutiva Sarah Malone ha declarado que:
Es ridículo que el Reino Unido considere prohibir a alguien que ha hecho unas declaraciones en EEUU sobre las fronteras estadounidenses durante la campaña política de ese mismo país
En una nota de prensa de la misma compañía han llegado a amenazar con dejar de invertir 700 millones en sus negocios en Escocia pues "prohibiendo la entrada a Trump, el Reino Unido estaría enviando un mensaje de enfrentamiento al derecho de expresión y de desinterés por atraer la inversión extranjera".