Un fallo en el registro de los casos de coronavirus ha dejado 16.000 positivos sin notificar a tiempo en el Reino Unido porque el documento de excel no admitía más espacio para albergarlos.
Por este motivo, una cantidad considerable de casos no se han podido rastrear, según informan los medios nacionales. El organismo implicado, Public Health England (PHE), señala 15.841 casos entre el 25 de septiembre y el 2 de octubre, que quedaron fuera de las estadísticas oficiales que el Ministerio de Sanidad británico publica a diario.
Este fallo ha sido subsanado ahora, cuando las cifras correspondientes al pasado sábado se añadió toda la lista que había quedado excluida de la lista oficial y del programa de rastreos.
Este problema técnico se atribuye al programa donde se registran los casos positivos, una tabla de Excel que la Administración utiliza para anotar los casos y generar las cifras oficiales que posteriormente se vierten hacia los medios.
La Sanidad de Reino Unido utilizó Microsoft Excel, un programa muy famoso pero con ciertas limitaciones, como la imposibilidad de superar 16.384 columnas y 1.048.576 filas. no suele haber problemas en el caso de los usuarios domésticos, pero la gestión de la pandemia de todo un país en un simple documento de Microsoft Excel ha terminado provocando un fallo catastrófico.
El principal problema: demasiados casos sin rastrear
Este problema con Excel ya ha sido solucionado en las estadísticas oficiales, que han sido actualizadas con los datos reales. Sin embargo, abre dos brechas: primero, que se han notificado casos muy por debajo de la realidad, lo que lleva a un relajamiento que quizás no debería haberse producido.
Segundo, que estos casos no han tenido rastreo de contactos, por lo que se convierten en un agujero para una nueva expansión del virus y, quién sabe, una futura segunda ola.
La cadena BBC ha realizado estimaciones según las que calcula que las cifras de positivos de la semana pasada "realmente fueron más cercanas a los 11.000" que a los 7.000 difundidos entonces desde el Ministerio de Sanidad.
El consejero delegado interino de PHE, Michael Brodie, asegura que se trata de "un problema técnico" al que ya se ha buscado solución. "Comprendemos totalmente la preocuación que esto ha podido ocasionar y como resultado se han implementado nuevas medidas robustas", ha señalado.