La salida de la Unión Europea de Reino Unido se convertirá en una realidad el 29 de marzo de 2019 a las 23:00 horas GMT. La primera ministra británica, Theresa May, así lo ha dejado claro de manera contundente a través de los medios de comunicación. Ese día, la ruptura definitiva entre el país anglosajón y el resto de europeos se producirá tras la comulgación de la Ley sobre la Retirada de la UE.
Este proyecto de ley se encuentra debatiéndose en los órganos pertinentes. Una vez superada ya su segunda lectura, entrará la próxima semana en la fase de comité. En este momento, los partidos de la oposición podrán presentar las enmiendas que consideren oportunas. May se muestra dispuesta a negociar con los parlamentarios las modificaciones, pero ha advertido que no tolerará un intento de retrasar la salida del país del club comunitario.
Reino Unido dice adiós
Este nuevo movimiento realizado por May se enmarca dentro de su intención por formalizar y oficializar el "adiós" de Reino Unido a la UE. La primera ministra asegura que marcar la fecha en el calendario tiene la intención de demostrar a los británicos, a los europeos y al mundo de que su Gobierno culminará este proceso iniciado el 23 de junio de 2016 con la celebración del referéndum sobre la permanencia del país dentro del conjunto de los 28, próximamente 27. Así lo ha querido aclarar en un artículo publicado en The Daily Telegraph.
May es clara: "que nadie tenga duda de nuestra determinación o cuestione nuestro propósito de que el Brexit se está produciendo", afirma. Asimismo, ha asegurado que la mayoría de los británicos invocan la unidad de los políticos para que se negocie un buen Brexit. Para ello, ahora, tendrán que unirse en torno al proyecto de ley sobre la salida. May lo considera fundamental para lograr una ruptura "ordenada".
Pese a que ya hay establecida una fecha de salida definitiva, las negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea están en un largo proceso en el que se encuentran estancadas. Ahora mismo se encuentran en su sexta ronda para lograr un acuerdo que beneficie a ambas partes.
May sabe muy bien que un resultado negativo de dichas negociaciones podría afectarle duramente a su partido en las próximas elecciones. La primera ministra se encuentra en una situación de debilidad frente a la Unión. El pasado mes de junio, perdió su cómoda mayoría absoluta. Los conservadores obtuvieron 318 escaños y se dejaron en el camino 12 sillas. Por su parte, el laborista Jeremy Corbyn logró escalar varios asientos, subiendo 29 escaños y alcanzando 261 para su partido.
La primera ministra conservadora ha asegurado desde entonces que "el Brexit será un éxito" ya que su partido tiene "el mayor número de votos y de escaños" para poder hacerlo posible. Su liderazgo está dispuesto a todo por hacer cumplir la voluntad de los ciudadanos británicos, que votaron democráticamente la salida de su país de la UE. Ahora, todas las miradas están puestas en el duro proceso de pactar una ruptura lo menos dramática posible.
Las presiones también aumentan por otro lado. Cada vez son más los ciudadanos que piden la celebración de un segundo referéndum. La posibilidad de revertirlo apoyada por diferentes figuras públicas y políticos está calando en la sociedad. Sin embargo, May hará todo lo posible por impedir el paso a esta opción. Apenas queda tiempo: el contador ya se ha puesto en marcha.
