El fuerte carácter de la Reina Letizia ha provocado más de una polémica y desencuentro público. Y si no, que se lo digan a la Emérita Sofía y el lío que ambas protagonizaron en la catedral de Palma por una simple fotografía.
Pero, cuando la monarca se sitúa fuera de los focos, su carácter no se vuelve apacible. Más bien al contrario. Y si no, que se lo digan a las empleadas de la sección de belleza de un conocido centro comercial, un lugar que los Reyes acostumbran a visitar para hacer algún que otro regalito y proporcionarse algún caprichito.
En el caso de Letizia, sus visitas a este centro comercial tienen un fin muy especial: cuidar su pelo. Es una de las obsesiones de la Reina, por la que decide desplazarse hasta allí para hacerse con unos champús específicos que le dejan una melena implacable.
El problema es que en una de esas visitas... las empleadas no pudieron ofrecerle su ansiado champú: no quedaban existencias en toda la tienda. "¿Y qué hago ahora?", debió pensar la Reina, pensando que se había desplazado los siete kilómetros que separan la Zarzuela de este establecimiento para nada.
"Ya estáis mirando en vez de trabajar"
A partir de entonces, la tensión empezó a crecer. Una de las dependientas intentó satisfacer los deseos de la monarca ofreciéndole un producto similar para que, al menos, la visita no fuera en vano.
Lejos de aceptar la propuesta, Letizia se dirigió hacia la empleada con gesto contrariado: "Sí, claro, para que me manchéis el pelo de grasa", declaró la Reina visiblemente cabreada.
Mientras tanto, muchos curiosos y empleados comenzaron a acercarse para contemplar la escena. Sin embargo, a la monarca no le gustó y, por ello, se giró hacia el resto de personas, en especial los empleados y les espetó enfadada: "Ya estáis mirando en vez de trabajar".
No sabemos si finalmente la monarca se hizo con su ansiado champú, pero lo cierto es que ese día no salió del centro comercial con buen pie. Seguro que se trata de una jornada que la Reina quiere olvidar cuanto antes.