Todos sabemos que estar en contacto con la naturaleza tiene un impacto positivo sobre nuestra salud. Puede mejorar nuestro estado de ánimo, reducir el estrés, mejorar el sistema inmunitario y aumentar la esperanza de vida, entre otros. A pesar de estar dando pasos hacia delante, todavía nos queda mucho por recorrer para renaturalizar nuestras ciudades.
El profesor de ecologización urbana y silvicultor Cecil Konijnedijk ha creado la regla 3-30-300, que está directamente vinculada con el impacto positivo de la naturaleza en nuestra salud. Él determina que, para tener una buena salud mental, debemos de tener una casa con tres árboles, vivir en un vecindario con una cobertura arbórea del 30% y tener un parque o bosque a menos de 300 metros de nuestra vivienda. Los investigadores del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona han confirmado esta regla.
Sin embargo, esta regla solo la cumple un 4,7% de la población a pesar de que, a parte de mejorar nuestra salud, previene las inundaciones y reduce la temperatura. "Un 62,1% cuenta con un espacio verde importante a menos de 300 metros, el 43% sí tiene al menos tres árboles a 15 metros de casa y solo el 8,7% vive en una zona con suficiente verdor circundante", confirman los investigadores.
A parte, pueden afirmar tras varios estudios que el déficit de naturaleza en las cercanías de sus viviendas está relacionado directamente con una mayor asistencia psicológica. "Más sombras, más espacio, más naturaleza dentro de la ciudad, y sobre todo: mucho menos cemento. No deberíamos tener que elegir entre ciudad y naturaleza cuando podemos tener ambas", explican desde Greenpeace.
Pasos en la dirección correcta
A pesar de los pobres planes de naturalización de las ciudades, hay varios ejemplos de que estamos en la dirección correcta para conseguir estos objetivos en un futuro cercano. En la ciudad de Barcelona nos encontramos con uno de los proyectos mas ambiciosos que existen en este ámbito, las 'Supermanzanas'.
A través de este plan urbano se pretende aumentar en un 91% las zonas verdes y reducir a la mitad la cantidad de coches con la peatonalización de calles y creación de espacios verdes en toda la ciudad condal. En el caso de Madrid, nos encontramos con la creación del Bosque Metropolitano, una red de 75km de bosques urbanos que se conectarán por toda la ciudad.
Uno de los ejemplos a seguir es la ciudad de Vitoria-Gasteiz. 115.000 árboles urbanos, 42m2 de zonas verdes por habitante, regulación de la temperatura por medios vegetales... nombrada Ciudad Verde Global 2019 es uno de los proyectos en los que debería de fijarse todo el mundo.
