Un día frenético en los pasillos tanto del Parlament de la Generalitat como del Senado en Madrid. Ambas cámaras se encuentran trabajando a contrarreloj para desafiarse la una a la otra. Junts Pel Sí y la CUP han registrado el texto con el que pretenden levantar el suspenso a la declaración unilateral de independencia y proclamar, ahora sí, la República Catalana "como un Estado independiente y soberano".
Ambos grupos pretenden que se lleve a cabo una votación en el Parlament. La mayoría absoluta con la que cuentan prevé que el texto salga adelante. Esto supondría romper definitivamente con la Constitución Española de 1978 y llevar a toda Cataluña hacia un limbo legal que ningún país europeo ni de Occidente reconocería.
En el documento presentado en la cámara catalana, los independentistas afirman lo siguiente: "Asumimos el mandato del pueblo de Catalunya expresado en el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre y declaramos que Catalunya se convierte en un estado independiente en forma de República".
Con este paso se pretende poner en marcha la Ley de Transitoriedad Jurídica que da base legal a un nuevo Estado catalán y que ya fue declarada ilegal por parte del Tribunal Constitucional. Mientras tanto, en el Senado ha comparecido el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, para explicar los motivos por los que se debe aplicar el 155 y pedir a la Cámara Alta su aprobación definitiva y puesta en marcha desde hoy viernes.
Un proceso constituyente
Todos los caminos llevan a la creación de un Estado independiente de España. Para ello, el texto registrado en el Parlament pretende establecer un plazo de 15 días que abrirá un proceso constituyente. Se quiere constituir la creación de un consejo asesor y la convocatoria de elecciones constituyentes tras finalizar todas las etapas de este proceso.
Pese a que el texto no recoge la declaración y votación explícita de independencia según fuentes de Junts Pel Sí, el documento disfraza esta intención bajo los malabares dialéticos. "Constituimos la república catalana como Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social", afirma el documento. Es decir, una declaración unilateral de independencia en toda regla que rompe con el orden constitucional español basada en un mandato popular que, en realidad, ha surgido de un referéndum que no tuvo ninguna garantía democrática.
El documento empuja a los Ayuntamientos de toda Cataluña a facilitar el proceso constituyente y a promover la participación de los sectores de la sociedad civil. Para ello, les alenta a ofrecer espacios públicos y recursos suficientes que permitan la puesta en marcha de la República de Cataluña.
Por otra parte, el PSC de Miquel Iceta ha presentado una propuesta en el Parlament en la que se piden elecciones autonómicas como única salida al conflicto que evite la aplicación del 155 y la declaración de independencia. La proposición demanda "diálogo" entre las instituciones catalanas y el resto del Estado. Asimismo, pide a Puigdemont que reconozca la legalidad española y el orden constitucional, renunciando así a la secesión unilateral. Además, Iceta solicita una mesa de diálogo entre todos los partidos del Parlament, "sin exclusiones ni excepciones".
El futuro de Cataluña queda ahora en manos del artículo 155 de la Constitución: el Gobierno prevé destituir al Govern de la Generalitat y tomar las riendas de la comunidad autónoma para restablecer la legalidad en ella. Estos hechos provocarán, con toda probabilidad, una respuesta en las calles por parte de los independentistas. Los policías y guardias civiles que llegaron a Cataluña para frenar el referéndum del 1 de octubre continúan en el noroeste de España por si tienen que actuar.
