Daniel Sancho se encuentra en la prisión tailandesa de Surat Thani, donde cumple una condena de cadena perpetua por el asesinato y descuartizamiento del médico cirujano Edwin Arrieta. Un penal en el que se registran peores condiciones respecto a su antigua prisión, Koh Samui.
En esta nueva prisión, donde permanece en un módulo poco conflictivo, el hijo de Rodolfo Sancho ha entablado amistad con el único extranjero con el que comparte celda, un austriaco con el que puede mantener una conversación en inglés. Una facilidad respecto al resto de sus compañeros, ya que todavía no tiene un conocimiento preciso del tailandés, aunque intenta aprenderlo para facilitar su adaptación.
Entre sus pasatiempos en la cárcel, se encuentra la meditación y algunos deportes como el Muay Thai, muy popular en el país y que el joven aprovecha para distraerse. Una disciplina que se concibe como un deporte de contacto basado en la defensa personal.
Regalos en la cárcel
Daniel Sancho también lamenta no haber podido ver a su abuela Noela, que era uno de sus mayores apoyos en España y que, como consecuencia de su edad, no ha podido desplazarse hasta Tailandia. Sin embargo, ambos siguen en contacto mediante el envío de regalos que ella le facilita.
Entre los regalos que recibe, se encuentran algunos libros en inglés y castellano, con los que le facilita la lectura en la cárcel. De este modo, suponen un pasatiempo para le hijo de Rodolfo Sancho, que aprovecha para pasar el tiempo y desconectar tras conocer su sentencia a cadena perpetua.