España, desde la instauración de la monarquía parlamentaria, ha tenido períodos de intensos debates sobre la idoneidad de mantener la jefatura del estado en el monarca o, por el contrario, volver al sistema republicano. Bien es cierto que hasta este momento nunca ha existido en España un partido nacional con fuerza parlamentaria que apueste decididamente por la instauración de la república.
Tras la salida del rey emérito del país a causa de sus escándalos, se ha vuelto a abrir este debate que tan incómodo resulta a los decisores y, sobre todo, tan ajeno es para la ciudadanía que, salvo que esté muy politizada, no cree que sea el momento idóneo para debatir sobre la forma de Estado. Sea como fuere, el debate está servido.
Pero... ¿cómo podría pasarse de una monarquía a una república? Esta pregunta tiene fácil respuesta, pues como siempre en democracia, la decisión última sería del pueblo, titular de la soberanía nacional. No obstante, para llegar a ese punto hay que activar unos mecanismos legales que posibiliten la celebración deun referéndum.
Así lo recoge nuestra Constitución en el artículo 92.1 -en el Capítulo segundo del Título III-, donde señala que las decisiones políticas de "especial trascendencia" pueden ser sometidas a "referéndum consultivo de todos los ciudadanos".
Un referéndum para votar sobre la continuación de la monarquía en España o el establecimiento de una república necesitaría lo que en lenguaje jurídico-constitucional se llama reforma agravada, por lo que requeriría del apoyo de las dos terceras partes del Congreso y del Senado, la disolución de las Cortes Generales, la convocatoria de elecciones generales, y un nuevo apoyo con la misma proporción de votos de las nuevas Cámaras.
¿Es viable con el actual arco parlamentario?
Esto se traduce en que al menos 233 diputados del Congreso y 177 senadores tendrían que avalar una reforma constitucional en ese sentido. Veamos si con el actual arco parlamentario en el Congreso eso es posible:
Teniendo en cuenta que Partido Popular (88), Ciudadanos (10) y VOX (52) -150 diputados- ya se han mostrado en contra de un referéndum, y el total de escaños del Congreso son 350, estaríamos hablando, en el mejor de los casos y suponiendo que todos los demás partidos apoyen la convocatoria, de 200 diputados, por lo que no se alcanzarían los dos tercios necesarios para activar dicho mecanismo legal.
En el Senado sucedería absolutamente lo mismo, actualmente sería imposible alcanzar los dos tercios necesarios de votos favorables.
1.- Votación y aprobación por dos tercios en Congreso y Senado
2.- Disolución de las Cortes Generales y convocatoria de elecciones
3.- Los nuevos cargos electos tendrían que volver a votar y ratificar, también con dos tercios, la decisión de las anteriores Cortes
4.- Convocatoria de referéndum
Forma de Estado reforzada
Entonces, ¿de qué estamos hablando? De un debate pretérito que se sabe perdido desde antes de hacerlo público, pues con el actual arco parlamentario, es absolutamente imposible que se celebre un referéndum para consultar al pueblo qué tipo de jefatura del estado quiere.
Nuestra Constitución es garantista, no cabe duda alguna, pues tras cuarenta años de dictadura franquista se hizo todo lo posible por confeccionar una Carta Magna que fuese duradera en el tiempo y garante de estabilidad institucional. Es por esto por lo que algunos preceptos -esencialmente los relativos a la forma de Estado y modificación de la Constitución- se reforzaron, no servía la simple mayoría absoluta, mucho más fácil de alcanzar, sino los dos tercios de las Cámaras, lo que obligaba al acuerdo entre diferentes partidos.
Hablar de reformar la forma de Estado es tanto como hablar de una revisión y modificación total de la Constitución, con todo lo que ello conlleva y la activación de los procesos ya mencionados.