Todo el mundo en algún momento se ha quejado o sorprendido de que, en el momento de abrir bolsas de patatas o chocolatinas, estas cada vez tienen menos contenido. Por culpa de la inflación, las empresas se han visto forzadas a reducir las cantidades de alimento mientras mantienen el mismo precio.
Con la huelga de transportistas mezclada con el encarecimiento de los carburantes y el precio de la electricidad y el gas, que continúan alcanzando récords de precio, el sector de la alimentación también se ha visto salpicado. El término 'reduflación' es el culpable de que esto suceda.
El fenómeno, realmente, no es más que una estrategia de marketing que se lleva produciendo desde la década del 2010 en medios anglosajones. Estos decretaron el término, que se le atribuye a la economista Pippa Malmgren, y bautizó como "shrinkflation", acrónimo de "shrink" (o reducción) y "flation" (inflación). Se refiere así al proceso en que las mercancías reducen su tamaño o cantidad mientras sus precios se mantienen al mismo nivel.
Con la inflación se reduce el precio de las materias primas para las empresas necesarias para crear los productos. Es por ello que si incrementasen los precios de las mismas mientras la competencia no lo hace, se arriesgarían a perder clientes.
Y no solo sucede con las bolsas de patatas habituales, también lo vemos en los helados. La marca Magnum ha sido criticada durante el pasado verano por haber hecho los helados más pequeños. También a esta estrategia se han sumado otros productos como el colacao, los doritos, productos de limpieza, legumbres, la cocacola, los lomos de merluza, o incluso la comida de gatos.
Perdón por preocuparme en verano por temas de verano pero no creéis que los magnums cada año los hacen más chicos??? pic.twitter.com/LMMc9uZH4H
— fock el estilo (@soysori) July 9, 2021
La excusa de las marcas: reducción de azúcares
Las marcas, para no perder a sus clientes, han justificado su estrategia. Argumentan que se preocupan por la salud de sus consumidores y aseguran que si ofrecen menos cantidad de alimento, reducen el azúcar o los elementos perjuduciales.
Es una "subida de precio camuflada" , como explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que a su vez explica que "se trata de una práctica legal, aunque engañosa". La Oficina Nacional de Estadística de Reino Unido revela que, en los últimos cinco años, más de 2.529 productos han menguado de tamaño sin variar los precios.
La realidad es que las empresas están vendiendo aire a precio de producto sin que el consumidor lo note. Por ejemplo, Doritos trae una media de 5 patatas menos en cada bolsa. Eso supone que en una producción estándar de 200 millones de bolsas, pueden ahorrarse en torno a los 45 millones de euros. No hay ningún tipo de regulación que obligue a indicar esa reducción de la cantidad de producto eliminada.