Ya lo advirtieron la OMS y las autoridades chinas: el uso generalizado de mascarillas era fundamental para garantizar el control real de la pandemia del coronavirus. Sin embargo, la medida que ha adoptado el Gobierno de Cantabria ha sido, como poco... particular.
¿El motivo? El Gobierno de Miguel Ángel Revilla se está dedicando a repartir unas mascarillas que, entre otras cosas, tapan toda la cara. Sí, sirven para controlar el coronavirus, pero también para llevarse una buena brecha de recuerdo si uno no anda con cuidado mientras las lleva. Y ya no nos imaginemos al que le toque trabajar de 'rider' con la bicicleta o con la moto con esa mascarilla puesta... porque al final el remedio puede ser peor que la enfermedad. Por cierto, ha comprado 1.200.000 unidades por 150.000 euros
Para quienes crean que es bulo, así quedarían puestas las "mascarillas" de Cantabria. El gran logro de @RevillaMiguelA en esta crisis. pic.twitter.com/F1Ki0HAkBh
— Alvaro de Wuhan ??? ???????????? #STAYATHOME (@alvariteus) April 12, 2020
El tamaño de la mascarilla no ha sido lo único que ha generado polémica. También su composición. Se trata de una doble capa de celulosa, ecológica, biodegradable, procedentes de superficies con gestión forestal certificada y dermatológicamente testado. Pues bien, cuando a llegado a las manos de los cántabros, muchos no han dudado en mostrar el producto real: tienen más parecido a las servilletas que reparten gratis en el bar junto a una caña que a un verdadero producto sanitario. Al menos, tiene una ventaja: ayuda a superar la nostalgia que muchos le han cogido a aquello de apoyarse sobre una barra.
Estas son las servilletas de Miguel Ángel Revilla que se están repartiendo como "mascarillas" por los hogares de Cantabria. pic.twitter.com/u3uAiq02UM
— Alvaro de Wuhan ??? ???????????? #STAYATHOME (@alvariteus) April 12, 2020
El propio Revilla no ve problema en su gran creación. De hecho, ha aparecido en varios medios promocionando su producto estrella, aunque visto el material muchos pueden empezar a dudarlo. En 'La Sexta Noche', por ejemplo, no dudó en utilizar su campechanía para publicitar las mascarillas como si fueran las mismísimas anchoas de Cantabria:
De hecho, ha celebrado el cumpleaños de su propia hija con toda la familia portando las mascarillas. ¿Cómo se habrán tomado la tarta? Un auténtico misterio...
Hoy celebramos el cumpleaños,en confinamiento, de mi hija Lara, 21 años. Con las polémicas mascarillas que son de enorme utilidad. pic.twitter.com/xUAYEeRlt6
— Miguel Ángel Revilla (@RevillaMiguelA) April 13, 2020
Las redes sociales, como no podía ser de otra manera, se han llenado de todo tipo de comentarios sobre las particulares mascarillas cántabras:
— Kamp (@Rr_Camp) April 12, 2020
Miguel Ángel Revilla también pondrá expendedores de mascarillas por las calles de Cantabria. pic.twitter.com/hQAEUhAueg
— DocHollyday7 (@DHollyday7) April 13, 2020
Las mascarillas de Miguel Ángel Revilla son la verdadera nota de humor en este drama colectivo. pic.twitter.com/93VH9uvNZW
— _Rosewelz (@_Rosewelz) April 13, 2020
El día que a Miguel Ángel Revilla se le ocurrió lo de las servilletas como mascarillas. pic.twitter.com/Po7uNdL4F9
— Charlie Harper (@CharlieCerveza) April 13, 2020
Curioso que Miguel Ángel Revilla salga casi a diario en Espejo Público vendiendo moralidad y aconsejando que deben hacer los demás, pero no salga para explicar por que se ha gastado 150.000 euros en servilletas para sus conciudadanos, simulando que son mascarillas. pic.twitter.com/CqW6q4Jo1M
— ??????? ? (@Radiopolli) April 13, 2020
"Una solución temporal"
Entre el humor que ha estallado en las redes, tampoco ha faltado tiempo para que el típico aguafiestas hater sensato haya puesto en duda la capacidad de la doble capa de celulosa a la hora de filtrar el coronavirus y evitar realmente su propagación.
Porque no, las mascarillas de papel, además de molestas, no tienen la misma eficacia que un material sanitario. El Gobierno de Cantabria asegura que se trata de una solución temporal y que ha optado por estas particulares mascarillas para paliar el desabastecimiento que existe actualmente.
Sin embargo surge la duda: ¿Este material, con menos capacidad de prevención, puede contribuir a la relajación y mayor contagiosidad del virus? ¿Es mejor contar con una mascarilla de mala calidad que con nada? ¿Habrá un repunte en la demanda de los ambulatorios por la gente que se chocará contra las farolas mientras va a la calle con una servilleta en la cara? Muchas dudas para una sola mascarilla...