El último movimiento de Estados Unidos constituye toda una declaración de intenciones: ha comprado casi todas las unidades de remdesivir, uno de los dos medicamentos que han mostrado efectividad contra el actual coronavirus.
Con el cierre de esta compra, las reservas del medicamento quedan completamente vacías durante los próximos tres meses. De hecho, el resto de países del mundo solo podrán acceder a un 10% de la producción en agosto y otro 10% en septiembre.
El medicamento contaba con alguna laguna, como su alto precio y limitada eficacia (otro de ellos, también con una limitada reducción de la mortalidad, es la dexometasona, tan barato y común que no representa problemas de abastecimiento), pero la compra de Estados Unidos se puede mirar, sobre todo, a medio plazo. ¿Cómo será la compra de la vacuna?
Sin duda, este movimiento exhibe la capacidad de Estados Unidos para acceder con rapidez a la nueva salida de medicamentos y dejan tambaleándose sobre los vaivenes del mercado a aquellas herramientas que puedan ser eficaces contra la actual crisis sanitaria.
Tensiones internacionales y un cambio geopolítico hacia Asia que puede intensificarse en los dos escenarios posibles
La mayoría de los países se encuentran actualmente desarrollando una vacuna contra el coronavirus. Aunque, sin embargo, en esta 'guerra sanitaria' vuelven a surgir los polos que rigen el siglo XXI.
Por un lado, el bloque liderado por China, al que se suma Rusia y de manera mucho más tímida Irán; además de otras naciones con potencial sanitario como Cuba, que también está desarrollando varias líneas de investigación.
En el otro lado, Estados Unidos, en esta lucha prácticamente sola, aunque aliada con Reino Unido y la Unión Europea, a cuyas farmacéuticas quiere comprar vacunas en cuanto estén disponibles.
La capacidad de desarrollar una vacuna de fácil producción será vital en el combate a la crisis sanitaria, pero su llegada generará, indudablemente fuertes tensiones.
¿Va a dominar la geopolítica internacional la salida de la pandemia? ¿La salud general de la población se va a ver supeditada a la guerra comercial que actualmente exhiben Estados Unidos y China? ¿Cómo se van a repartir las unidades en los países del Tercer Mundo, aquellos donde las medidas de seguridad son más complicadas de aplicar, sin acceso a agua potable en una gran cantidad de territorios para garantizar el lavado de manos?
La compra del remdesivir es toda una declaración de intenciones. El tratamiento no era el más atractivo por el precio y capacidad de cura, pero pone a Estados Unidos en una situación ventajosa frente al resto de potencias.
Si Estados Unidos opta por acumular todas las vacunas y dejar al resto de países sin unidades, el gesto también se puede volver en contra. Sobre todo, con una Unión Europea que ahora veta a los norteamericanos y permite la entrada a China. No todo es política sanitaria en esta crisis. El centro geopolítico se mueve hacia Asia y la salida de la pandemia puede ser, quién sabe, la tumba del "Make America Great Again".