Tan solo aparecieron un par de segundos en pantalla, pero su imagen duró una eternidad. Son las hermanas gemelas Louise y Lisa Burns, que con tan solo 12 años aparecieron repentinamente al final del pasillo en una terrorífica escena de 'El Resplandor' que, 37 años después de su estreno, aún sigue poniendo los pelos de punta.
Su presencia en escena duró tan poco... como su carrera cinematográfica. Apenas habían aparecido en un episodio de la serie británica 'Kids' en 1979 -de la que nadie se acuerda-. Después, llegó 'El Resplandor' y fin de carrera. Una presencia muy pequeña para dos personas que protagonizaron una escena con tanta repercusión en la historia del cine.
Después de aparecer muertas entre un charco de sangre... ¿Qué fue de ellas? La respuesta la obtenemos gracias a un reportaje emitido en la cadena VH1 en la que han desvelado que, alejadas por completo de las cámaras, Louise decidió encaminar su vida hacia la microbiología y Lisa hacia la Literatura.
Ambas no se plantean en ningún caso volver a ejercer como actrices, aunque han desvelado algunas de los secretos de un set de rodaje que se ha mitificado hasta límites insospechados.
Por ejemplo, sobre la actriz Shelley Duvall, aseguran que jamás perdió peso o pelo por las condiciones de un rodaje sobre que se han elaborado todo tipo de teorías conspiranoicas: "Todos esos cotilleos no son más que basura infundada. Llegaron a decir que la violencia de la gran pantalla se trasladó al set de rodaje, pero sabemos que no es cierto en absoluto", aseguran en declaraciones al Daily Mail.
Otra de las incógnitas, quizás más banal, se basa en si el actor Jack Nicholson producía tanto miedo tras las cámaras como delante de ellas. Su mítica escena rompiendo una puerta con un hacha aún sigue circulando por todos lados: "Tan solo estaba actuando. Cuando estábamos con él, no solo se comportaba como una persona normal, sino que intentaba ser atento y encantador", aseguran.
Y lo más importante, la temida escena de la sangre. ¿Cómo la vivieron? "No estabamos preocupadas por la sangre, sino por su temperatura, porque estaba muy fría. Nosotras tan sólo teníamos que permanecer completamente quietas, porque solo había un vestido azul y tenía que salir todo a la primera toma".
Los vestidos, ya limpios, circulan de exposición en exposición convertidos en una pieza de coleccionista: "Realmente odiábamos aquellos vestidos. Eran muy ásperos y no solíamos vestir así en nuestro día a día. No era nuestra clase de ropa ni mucho menos". Cualquiera diría que ellas protagonizaron una de las escenas más terroríficas de la historia del cine.
