La catedral de Notre Dame, el tempo gótico de París y símbolo del cristianismo en Francia y Europa, fue pasto de las llamas en un incendio que casi acaba con su estructura. Ahora, después de sofocar el incendio y de descubrir la gravedad de los daños, los expertos valoran cuál será el futuro de este monumento histórico.
Emmanuel Macron, el presidente de Francia, ha marcado un plazo de cinco años para culminar con la reconstrucción de la catedral. Pero para muchos, este plazo se antoja escaso, debido a la magnitud de los destrozos causados por el fuego. Además, existe una gran incertidumbre sobre el proceso de reconstrucción que se va a seguir.
Lo que está claro es que esta reforma va a suponer un complejo y largo proceso de licitaciones públicas con muchos plazos que están estrictamente reglados. Ahora, los expertos ponen en duda las suculentas promesas presidenciales. Muchos consideran que más que cinco años, tendremos que esperar en torno a veinte para poder visitar la nueva Notre Dame.
Un proceso costoso de reconstrucción
Lo que no parece que vaya a ser un problema en la reconstrucción son los fondos para financiarla. Han sido muchas las ofertas millonarias que se han recibido, y que parecen suficientes para pagar el costoso proceso de reforma. De hecho, Francia ha convocado a Europa y el resto del mundo a participar en una conferencia internacional de donantes. La UNESCO y hasta Donald Trump ya se han comprometido a colaborar y participar en estas tareas.
El elemento más fácil de recuperar será la aguja central, y en este sentido los expertos coinciden, pues su última reconstrucción fue en el siglo XIX. Sin embargo, los trabajos en la cubierta y las dos naves del templo, serán las labores más costosas. De hecho, recuperar la cubierta es uno de los trabajos más urgentes, pues esto protegerá el templo de las inclemencias mientras duren las labores de construcción.
Renovar o recuperar
Pero el verdadero debate que preocupa a expertos y ciudadanos es si la reconstrucción de Notre Dame va a suponer recuperar el templo tal cual lo conocíamos, y o si va a convertirse en una nueva catedral, que recuerde a sus orígenes, pero con nuevos elementos arquitectónicos y decorativos.
Mientras se tratan de salvar y proteger los elementos susceptibles de ser recuperados, las opiniones mayoritarias tienden a la idea de rehabilitar Notre Dame de manera escrupulosa con su historia, utilizando los mismos materiales que se han destruido. Es decir, principalmente madera.
Lo que hay que tener en cuenta es que muchas técnicas y materiales que ahora se han perdido, ya no tienen sentido en la actualidad. En este sentido, muchos expertos apuestan por hacer converger lo tradicional con lo nuevo, pues va a ser imposible recuperar todos los siglos de historia, todos los procesos y técnicas a los que se ha sometido la catedral, para convertirla en lo que nosotros hemos conocido. Lo que está claro es que, sea cual sea el proceso a seguir, nadie quiere que Notre Dame pierda su esencia.