Ya ha llegado la temporada de los festivales, esos días mágicos en los que un solo recinto reúne música, amigos, fiesta, alcohol, momentos vergonzosos, vídeos para Youtube de momentos aún más vergonzosos y un sinfín de cosas maravillosas más. Cada año que pasa, y cada vez dependiendo menos de los artistas que tengan a bien ir a tocar, los festivales son como el Mercadona de enfrente de la facultad. Va todo el mundo. Personas de toda clase y calaña se dan cita esos días de frenesí y recuerdos borrosos en lo que es un enorme conglomerado de motivos por los que asistir. Algunos de estos especímenes solo se encontrarán en un determinado festival. En cambio, otro diferente aunará a todos y cada uno de ellos. Maravilloso y espeluznante al mismo tiempo.
1 El que va solo por la fiesta
Tenía claro que iba a ir desde que le pusieron fecha de arranque al festival. El cartel de este año aún está en blanco pero las entradas ya han salido, y nuestro fiestero o fiestera por excelencia no va a quedarse sin disfrutar de esos días de bacanal, sobreviviendo a base de vodka y pizza. "Si Bowie subsistió a base de leche y pimientos, yo puedo con esto". El Charlie Sheen del camping.
- Oye, acabo de llegar. ¿Qué tal el concierto? ¿Ha arrancado bien?
- ¿Qué concierto?
- El que está detrás de ti.
- Ni idea... ¿Tienes hielo?
2 La Janis Joplin
Desde hace un tiempo, es fácil ver por todas partes esas cintas para el pelo llenas de florecitas de plástico que bien podrían haberse caído de la furgoneta de un grupo de hippies camino de Woodstock. Ya puede estar tocando Muse que por alguna colina cercana habrá un pequeño grupo con flores en el pelo, rindiendo tributo al San Francisco de Scott McKenzie. Sí, a todos nos gustaría que saliera a tocar Jimi Hendrix, pero no lo hará por mucho que nos vistamos como un arbusto.
3 "El año pasado iba a tocar yo"
"¿Os sabéis esta de Oasis?" es quizá la frase más odiada en cualquier fiesta que se precie, cuando ves que alguien se está levantando del sofá para coger la guitarra acústica de la esquina. En los festivales, más de lo mismo, aunque también es canjeable por un ukelele. Seguramente, el Fran Perea del camping ya habrá hecho sus pinitos en algún local solitario y no vacilará en contar cómo estuvo "a esto" de formar parte del cartel de este mismo festival el año pasado.
4 El pregonero
Ya sea con un megáfono que tiene efectos de sonido incorporados, con una trompeta o con un tambor artesanal a base de botellas vacías, el pregonero es la figura indispensable de los festivales. El alma máter de los despertadores improvisados. Suele ser útil cuando se ha acabado la batería del móvil y no sabes qué hora es y no has visto suficientes programas de 'Supervivientes' para poder guiarte por el sol.
5 El que va solo por un grupo
Más conocido como el groupie incorregible. Ha esperado años para verles en directo, fue a la gira que hizo el guitarrista en solitario y no le importa que vayan a tocar la mitad de tiempo o menos aún de lo que tocarían en un concierto al uso. Es posible que, tras ver actuar al amor de su vida, transmute irremediablemente en "el que va solo por la fiesta". Es la ley de la jungla.
- ¡Madre mía, que viene Neil Young! Voy a comprarme el pase.
- ¿Sí? ¿Quién más va?
- ¿Eh?
- Que quién más actúa.
- ¿Eh?
- Que qu...
- ¿Eh?
6 El que se disfraza
"Nunca voy a tener una mejor ocasión para vestirme de Spiderman". Seguramente sea uno de los pensamientos que vuelan por su cabeza mientras se prepara para el festival. No importa que haga calor o que su hermoso disfraz vaya a acabar rebozado en barro y césped al final del día. Ha nacido con una sola misión: llamar la atención. Y un gran disfraz conlleva una gran responsabilidad.
7 El que baila solo
Lo da todo, se mueve como si lo estuvieran electrocutando y seguramente no sabe exactamente qué canción es, pero la pista de baile improvisada en ese terreno embarrado es suya. Es Tony Manero, solo que mal. Muy mal. Es Tony Manero un día de resaca después de haber vuelto de Vietnam. Pero a él no le importa, y al vaso de cerveza que tiene en la mano, menos.
8 El que (por fin) va por la música
La esperanza de que los festivales vuelvan a ser considerados un evento musical y no la macrofiesta del siglo. Le gustan la mayoría de los grupos y no ha decidido ir hasta haber visto y sopesado el cartel entero. Sin embargo, puede convertirse rápidamente en "el crítico musical". "Estos se han vuelto muy mainstream, no han sabido evolucionar como deberían". "¿Este setlist? Mucho mejor el que tocaron en la gira de hace dos años en Alemania".
9 Bonus track: el Frank de la Jungla
No es solo el que monta la tienda de campaña a la primera, sino uno con verdadero instinto de supervivencia. El verano pasado fue cuando la mayor parte del camping del Arenal Sound se convirtió en Aqualandia a causa de las lluvias. A pesar de que muchos asistentes fueron reubicados, no fueron pocos los que aguantaron en su tiendecita, a merced de las inclemencias del tiempo.