El panorama política en España está cambiando. Si Podemos y Ciudadanos consiguieron que se rompieran el bipartidismo consagrado por PP y PSOE, ahora la extrema derecha se frota las manos por dar el salto a la política nacional. Las elecciones en Andalucía celebradas el pasado 2 de diciembre otorgó 12 escaños a VOX en el parlamento autonómico, dando una idea de lo que podría ocurrir en el caso de unas elecciones generales.
Ante la crispación social y política y la crisis que aún atraviesa España, la formción comandada por Santiago Abascal ha conseguido hacer calar su mensaje haciendo un buen uso del populismo y de efectiva demagogia. Su programa político hace del inmigrante el mayor enemigo del Estado, convierte a las personas del colectivo LGTB en ciudadanos de segunda y deja a las mujeres desprotegidas ante la violencia de género. Ante estas ideas algunos sectores de la sociedad han comenzado a alarmarse, temiendo un retroceso en derechos y libertades que nos retrotraiga a etapas oscuras de nuestra historia.
Mientras que multitud de ciudades en Andalucía salieron a las calles anunciando una firme oposición a la extrema derecha, las redes también han comenzado una particular campaña contra VOX. Desde Change se ha desatado una recogida de firmas con el objetivo de ilegalizar el partido, según dicta la proposición, "por contenido anticonstitucional en su programa".
Según la Ley Orgánica 6/2002 de Partidos Políticos
"Pido el apoyo a esta petición al Gobierno para que ilegalice a VOX porque, según consta en su programa, defiende ideas antidemocráticas, anticonstitucionales y contrarias a la normativa legal vigente", reza la petición, que ya suma más de 200.000 firmas apoyando la ilegalización de VOX.
Para que esta petición no caiga en saco roto, se apoya directamente en la ley y es que, según establece la Ley Orgánica 6/2002 de Partidos Políticos, "un partido será declarado ilegal cuando su actividad vulnere principios democráticos".
En el artículo 10 del Capítulo III de la mencionada ley entiende la ilegalización de un partido "cuando de forma reiterada y grave su actividad vulnere los principios democráticos o persiga deteriorar o destruir el régimen de libertades o imposibilitar o eliminar el sistema democrático".
