Que el nivel de nuestra política está en mínimos históricos es algo que nadie duda. Basta con ver una sesión del Congreso de los diputados para comprobarlo. Las propuestas han dado paso a las descalificaciones y la construcción al enfrentamiento. Cabría analizar las causas de esta degeneración en un parlamento tan fragmentado y con la extrema derecha com tercera fuerza política, pero eso daría para otro artículo. Un buen ejemplo de esta dinámica es Pablo Casado que, como líder de la oposición, ha optado por la discordia.
El presidente del Partido Popular ha navegado a la sombra de VOX con algún que otro intento por regresar al a moderación. Este perfil le ha convertido en uno de los líderes políticos más cuestionados incluso dentro de su partido, donde es opacado por barones como Alberto Núñez Feijoo o Isabel Díaz Ayuso.
La última batalla del popular tiene por objeto los indultos del Gobierno a los líderes del procés. Batalla en la que cada vez se encuentra más solo. La manifestación de Colon acabó siendo un fracaso en la que solo fue arropado por Ayuso y Almeida mientras que el resto de presidentes autonómicos de PP prefirieron darle la espalda. A esto hay que sumar que los empresarios y la Iglesia católica también se ha posicionado a favor de los indultos. ¿Y qué hace Pablo Casado? Recoger firmas.
A esta recogida de firmas en contra de los indultos se ha unido otra con el objetivo de conseguir apoyos sobre su última idea: pedir la dimisión de Pedro Sánchez. Eso ha provocado que, con mucha sorna, Izquierda Unida se haya lanzado a otra recogida de firmas a través de Change para pedir que Pablo Casado "deje de dar la turra ya con las firmas y se dedique a hacer política en el Congreso, como si fuese diputado o algo".
Las firmas están de moda
Parece que las campañas de recogidas de firmas son tendencia en el Partido Popular. Así, antes de las que se oponen a los indultos y a las que piden la dimisión de Pedro Sánchez, los conservadores han protagonizado otras tantas con el objetivo de desgastar al Gobierno. En el último año también han recogido firmas en contra de la okupación y también en contra de la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE) -la nueva Ley de Educación conocida como Ley Celaá-. ¿Han servido para algo? Todos sabemos la respuesta.